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D.A.C.M. reflexiona en su montaje sobre lo inerte y Galili Dance pide paz

El festival de danza contemporánea Dantzaldia ofrecerá este mes de diciembre dos estrenos absolutos en el escenario del Palacio Euskaduna de Bilbao. El primero, el próximo día 8, es el montaje Show RoomDummies, de la compañía suiza Groupe D. A. C. M. Su trabajo gira en torno a la gestualidad del bailarín y la del maniquí. For Heaven's Sake se titula el espectáculo que ofrecerán los holandeses Galili Dance siete días después y que reclama la paz.

Estos dos estrenos en España son dos trabajos de distinta factura y montaje a los que une lo inspirado de sus coreografías. Ambas citas serán a las ocho de la tarde.

Show RoomDummies, de 65 minutos de duración, escenifica la relación entre lo animado y lo inerte. El grupo D. A. C. M., de Grenoble, ya utilizó maniquíes en su anterior montaje, Splendid's, experiencia que les satisfizo, por lo que vuelven a usarlos en éste.

Los maniquíes de resina toman el escenario: fabricados a semejanza de los bailarines, despiertan repulsión o erotismo. Los seres reales, a su vez, usan máscaras fijas, se travisten, causando una confusión entre lo viviente y lo inanimado. Metamorfoseándose, crean un vocabulario singular y desconcertante. Show RoomDummies gira en torno a la gestualidad del bailarín y la del maniquí, en la frontera entre lo vivo y lo inanimado, así como a la relación entre lo viviente y su representación.

La coreografía se basa en la apariencia humana de los maniquíes de escaparate, que apelan al imaginario del espectador. "En Show RoomDummies jugamos con la cuestión del desorden que puede crear la inercia de un ser que acaba consiguiendo la perturbación de la mecánica social. Cómo estos seres que no son capaces de reaccionar pueden crear un torbellino en su entorno", señalan los componentes del grupo suizo en su presentación.

Coreógrafo israelí

La compañía Galili Dance, premio nacional de danza en su país, Holanda, crean en For Heaven's Sake, una coproducción con el Ballet Gulbenkian de Lisboa y el Holland Festival, una inspirada pieza que pide la paz. Al frente de la compañía se encuentra el coreógrafo que le da nombre, el israelí Itzik Galili, quien tiene una larga lista de creaciones coreográficas en su trayectoria.

Para Galili, la pieza que presentará en el Euskalduna es, ante todo, "una obligación" consigo mismo para recordar el lugar del que viene y el mundo que le rodea, según explica en la presentación de la compañía. Y es un lugar "donde hay gente que parece disfrutar con la violencia, como si fuera una forma de poesía; donde la negación es una enfermedad contagiosa. También donde hay gente que tiene que vivir con heridas que no sanarán y limitaciones que nunca superarán", recalca el coreógrafo israelí.

Galili asegura que su montaje no trata sobre el último año y medio de guerra entre Israel y los palestinos o de lo sucedido tras el 11-S, sino su interpretación personal sobre las consecuencias de los conflictos y un intento de hacer "algo más que pensar en el dolor".

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