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Multado con 3.000 euros por operar a una mujer una rodilla equivocada

El facultativo tendrá que resarcir a la víctima, una mujer de 64 años

Bernardina R. P. R. entró al quirófano de una clínica madrileña en enero 1993 con la esperanza de que su rodilla izquierda, aquejada de artrosis, dejara de dolerle. A sus 64 años, optó por la medicina privada. Al despertar, su rodilla izquierda seguía igual y la derecha le dolía porque había sido operada por un error de su médico. El Tribunal Supremo condena ahora a éste a resarcir a Bernardina con 3.000 euros.

Bernardina estaba acompañada por sus cinco hijos, su marido y dos de sus hermanos en la clínica donde fue intervenida. "La trasladaron a la sala donde estábamos cuando se despertó de la anestesia. Nos extrañó una cosa: mi madre no paraba de decir 'mi pierna, mi pierna'. Entonces mi hermana le retiró la sábana y nos quedamos blancos: le habían operado la otra rodilla. También tenía artrosis en ésta, pero no lo suficiente para operarla. Podría haber aguantado muchos años todavía", recuerda Luis, uno de los hijos de Bernardina.

"Exigimos que viniera el médico, pero él no quería. Al final se presentó y tuvo el valor de decirnos que había sido mi madre la que le había dicho que le operase de la otra rodilla. Le dijimos que aquello era imposible y que asumiera su error o llamábamos a la policía. Al final admitió por escrito su error e incluso se ofreció a operarle gratis de la rodilla enferma", añade.

Bernardina nunca quiso entrar de nuevo en un quirófano para que le operaran la rodilla izquierda, la que le llevó a la clínica. Su familia explica que estuvo muy nerviosa durante años y que incluso sufrió una depresión. Por ello, aunque la artrosis le sigue causando muchos dolores y molestias, la mujer sigue sin quererse operar. "No ha habido forma. No quiere de ninguna de las maneras", explica su hijo. Bernardina vive en Orgaz (Toledo), aunque se operó en Madrid porque parte de su familia vive en Torrejón de Ardoz.

El proceso ha sido largo, amargo y ha dado un resultado mucho menor de lo esperado por la familia. "Imagínate: mi madre se gastó 700.000 pesetas entre la operación y las consultas médicas. Y se nos han ido otras tantas con los abogados", se lamenta Luis. Pero la familia no culpa a los jueces: "Ha sido por el abogado. Los jueces nos han dado 3.000 euros, pero es que esto fue lo que pidió él. Si lo llegamos a saber, no empezamos todo este follón", asegura Luis.

La Sala de lo Civil del Supremo, en una sentencia en la que ha actuado de ponente Teófilo Ortega Torres, han confirmado en su fallo otra sentencia dictada en enero de 1997 por la Sección 12ª de la Audiencia Provincial, que había sido recurrida por el médico condenado. Este fallo había revocado uno anterior del Juzgado de Primera Instancia 26, que había absuelto a F. G. C. B. en julio de 1994.

La sentencia de la Audiencia Provincial indemnizó a Bernardina porque consideró probada la "discrepancia entre el resultado pretendido y el obtenido en la intervención quirúrgica". Según el fallo, el médico "demandado cambió la decisión ya adoptada de operar la rodilla izquierda en el quirófano". Posteriormente, "el facultativo reconoció en nota manuscrita insertada en el historial clínico su error". Por ello, la Audiencia Provincial consideró justificada la indemización "a la demandante por el daño moral que supone haber padecido el dolor".

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