Mujeres por el autoempleo

Manejan horarios flexibles, son austeras en la administración, promueven una economía sostenible y siempre trabajan en equipo. Así es el perfil de las empresarias españolas, un segmento cuyo ascenso se vislumbra "imparable". Prueba de ello, según afirma la Fundació Internacional de la Dona Emprendedora (FIDEM), es que durante 2001 el 60% de las nuevas empresas familiares fueron creadas por mujeres.

Las empresas familiares representan el 65% de las sociedades españolas y generan el 80% del total del empleo privado

El colectivo de las empresas familiares está formado por más de un millón y medio de compañías, que representan el 65% de las sociedades españolas, generan el 65% del PIB nacional y crean más del 80% del empleo privado. Son datos analizados en el V Congreso Nacional de la Empresa Familiar el pasado mes de octubre en Salamanca. Allí se reunieron cerca de 350 empresarios y académicos que analizaron el papel de la mujer en este ámbito.

La estadística dice que el ascenso femenino es "imparable". Tanto, que el 60% de las nuevas iniciativas empresariales durante 2001 partieron de una mujer. Los hombres crearon 14.500 empresas, mientras que las mujeres impulsaron 20.700. ¿Cómo se ha llegado a este punto? "No ha sido de golpe. Más bien ha sido paulatino", responde Anna Mercadé, una de las principales ponentes del congreso convocado por el Instituto de Empresa Familiar y presidenta de la Fundació Internacional de la Dona Emprendedora (FIDEM), una asociación que nació en 1996, agrupa a 500 empresarias y ofrece créditos para iniciativas empresariales femeninas.

Históricamente, según cuenta Mercadé, las mujeres tenían que soportar el peso de la tradición. Cuando de un negocio familiar se trataba, siempre era el hijo varón el que tenía la opción de heredar la compañía y manejar sus arcas. Esta situación, pese al cambio de tendencia en la sociedad se mantiene, pero, aun así, es cada vez más relevante el papel de las mujeres.

En los últimos 10 años las españolas han entrado masivamente en el mercado de trabajo. Y en algunas comunidades como Cataluña, según FIDEM, es más que "notoria" esa presencia. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer, sembrado, a veces, de espinas. En el aspecto salarial, por ejemplo, todavía se notan grandes desigualdades. En Europa, las remuneraciones de las mujeres son entre un 20% y un 30% menores que las de los hombres, según Anna Mercadé. "Es que todavía nos encontramos frente a una masculinidad muy cerrada. España es un país avanzado y moderno, pero la discriminación existe, sobre todo en los ámbitos de decisión económica", señala.

Si hace más de 15 años las mujeres que se decidían a crear su propia empresa alcanzaban los 40 años y habían estado apartadas del mercado laboral, la nueva empresaria española es una mujer joven con estudios que no encuentra un puesto de trabajo a su altura y que emprende la difícil tarea de poner en marcha su propio negocio. También hay un segmento en el que sobresalen directivas de empresas grandes que cuando tienen hijos ven truncadas sus posibilidades de ascenso y prefieren, entonces, invertir tiempo y ganas en sus propias iniciativas.

Los sectores en los que más se desenvuelven las mujeres empresarias son el inmobiliario, el hotelero, el de artesanías en zonas rurales y la conservación de productos naturales.

Los obstáculos a la hora de impulsar un negocio siempre están relacionados con las pocas facilidades para financiar el proyecto. "Todavía ocurre que vas a un banco y te dicen que vaya tu marido. Y si no tienes patrimonio no te dan nada", señala Mercadé. En otros países como Estados Unidos, en cambio, los créditos están al alcance de las mujeres sin apenas obstáculos. "Y la presencia femenina en puestos de dirección es natural. No se cuestiona si eres hombre o mujer para ocupar un alto cargo", señala Amparo Moraleda, la presidenta de IBM para España y Portugal.

La ventaja para las empresarias se halla en la posibilidad de compatibilizar mejor la vida familiar y la laboral, porque, entre otras cosas, según afirma Mercadé, las mujeres gestionan de forma "diferente" sus negocios. "Tienen horarios más flexibles y son muy eficaces; además, trabajan siempre en equipo", asegura.

El reto ahora, según cree Inmaculada Álvarez, la presidenta de la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid, Aseme, es lograr que las empresas que llevan impresa una huella femenina se consoliden. "Hay que incentivarlas y apoyarlas", afirma.