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Fulgencio García Cuéllar | Perfil

Vuelta a los escenarios

Íñigo de Barrón

Fulgencio García Cuéllar tiene un récord difícil de igualar. En el mismo año ha sido consejero delegado de dos entidades competidoras con sólo ocho meses de diferencia. El 5 de marzo pasado, Luis y Javier Valls, presidentes del Banco Popular, sorprendieron al mercado con la destitución fulminante de su primer ejecutivo. De esta manera, García Cuéllar siguió los pasos de sus colegas Pedro Luis Uriarte y Ángel Corcóstegui, que habían abandonado el puente de mando del BBVA y el SCH unos meses antes. Este madrileño de 54 años, casado y con tres hijos, se quedó sin empleo de la noche a la mañana por razones que todavía hoy no están del todo claras. Javier Valls ha declarado que a García Cuéllar se le apartó porque ya había cumplido su función.

Sobre esta cuestión, García Cuéllar prefiere pasar la página y no adentrarse en profundidades. Igual que su marcha, su nombramiento como consejero delegado del Banco Pastor también fue una sorpresa, el 31 de octubre pasado. José María Arias, presidente del Pastor, negoció personalmente su fichaje con los hermanos Valls. Después de concretar algunos detalles, los responsables del Popular accedieron a ceder a su ex consejero delegado que seguía con la condición de "prejubilado".

García Cuéllar volvió a los escenarios como primer ejecutivo del banco más significativo de Galicia. Como reconoce, tenía un conocimiento superficial del equipo directivo del Pastor, un banco que tiene un tamaño seis veces menor al del Popular.

García Cuéllar, que acumula 28 años de experiencia en la banca, resta importancia al hecho de pasar de controlar el tercer banco para pilotar el sexto. "Es la decisión más libre de mi vida. Vengo encantado porque en el Pastor hay un proyecto claro, y esta entidad puede despegar como un cohete", ha declarado a los más cercanos. Los que le conocen le definen como un ejecutivo impaciente, obsesionado por la gestión, vigilante del negocio desde cerca y, sobre todo, trabajador inagotable.

Su fichaje ha tenido un efecto inmediato: el Pastor ha pasado de ser objeto de compra a posible comprador. Más de un analista cree que desde A Coruña pilotará la fusión que no pudo hacer con el Popular, por divergencias con la presidencia, cuando impulsó la unión con bancos medianos.

El Pastor es su última obra profesional, por lo que se esmerará para que tenga un final relevante. De momento, ya tiene piso en A Coruña y planea los lugares donde practicar el senderismo, una de sus mayores aficiones, con su familia.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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