El mercado eléctrico
La Unión Europea consiguió finalmente, el pasado lunes, un acuerdo sobre la fecha de liberalización total de los mercados eléctrico y gasista. La cumbre de Barcelona celebrada en marzo de 2002 había sido el último foro de debate de la cuestión, y en ella sólo se había podido ratificar la apertura del mercado en el año 2004 al segmento de empresas, sin haber alcanzado un acuerdo sobre el acceso al mercado libre por parte de los consumidores domésticos.
En aquel momento, la proximidad de las elecciones en los dos países centrales de la Unión, Francia y Alemania, supuso un freno a lo que hubieran podido o debido ser negociaciones más amplias. Concluidos los sufragios en sendos países, se ha fijado en 2007 el acceso al mercado para los clientes domésticos.
Los efectos del acuerdo sobre el mercado europeo de la energía se anticipan limitados en términos de cambios estructurales en el sector
La solución supone un paso intermedio entre las expectativas de los países más avanzados en la apertura -Reino Unido, Alemania, Suecia, Finlandia, Austria con el 100% de su mercado abierto, y España, que lo tendrá en enero del ejercicio 2003- y los más reticentes, entre ellos Francia, que pretendía una apertura total no antes de 2009.
Sin embargo, tal y como demuestra la experiencia existente hasta estos momentos, la apertura total del mercado de los servicios públicos a los clientes no es condición suficiente para la existencia de una verdadera competencia. El acceso a la red regulado y con precios públicos, y la fragmentación de la propiedad se han revelado más útiles a la hora de facilitar la concurrencia de agentes en el mercado.
Ello se ha constatado en Alemania, donde la plena elegibilidad ha convivido con una difícil entrada de nuevos operadores, debido al sistema de acceso negociado a las redes. En Francia, la identificación en el seno de Électricité de France (EDF) de actividades que van desde la gestión de las redes a la generación, otorga un excesivo poder al que debería ser un mero actor más en el mercado, como se ha puesto de manifiesto a la hora de introducir en el mercado español ofertas de electricidad desde fuera de nuestras fronteras.
En el acuerdo alcanzado se establece la separación jurídica del transporte en 2004, y de la distribución en 2007, si bien su aplicabilidad queda supeditada a la realización de un estudio sobre el tema por la Comisión Europea. Con este panorama, los efectos del acuerdo sobre el mercado europeo de la energía se anticipan limitados en términos de cambios estructurales en el sector.
María Jesús Lago y Alberto Segurado pertenecen a Analistas Financieros Internacionales, Grupo Analistas. (www.grupoanalistas.com).
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