_
_
_
_
Reportaje:MUJERES

La pasión por el arte

De niña, Pilar Citoler se sentía especialmente atraída por el color, el espacio y la luz. Se trataba de una reacción instintiva. Su vista se dirigía más hacia las composiciones artísticas que hacia los juguetes. "Era una especie de fascinación hacia la imagen y la estética", recuerda. Con 16 años fue a París a aprender francés, y allí se gastaba sus ahorros en comprar postales con reproducciones de obras de maestros de vanguardia, y en ir a exposiciones y galerías de arte. "En aquella época , faltaba en España Ilustración, con mayúsculas, había limitaciones literarias... En París fue donde descubrí mi atracción fatal por las obras de arte", cuenta.

Nacida en Zaragoza un 13 de septiembre cuando la ciudad despertaba con un bombardeo, Pilar Citoler, odontóloga y coleccionista de arte, es una mujer que ha abordado su vida en libertad, caminando por un sendero de doble vía hacia su profesión y el mundo de las artes. Y esta última bifurcación es la que le ha llevado a ir adquiriendo en los últimos 30 años 900 obras de arte, pinturas, esculturas, obra gráfica y fotografías. Parte de este tesoro, y bajo el nombre de CIRCA XX, está siendo expuesta desde el 18 de octubre y hasta el 8 de diciembre en el Centro de Exposiciones y Congresos de Zaragoza. "Es mi primera exposición y quería que fuera en mi tierra natal", afirma.

"Cuando entraba en una galería convencida de que no iba a comprar nada, siempre salía con alguna obra. Siento por mi colección una gran satisfacción y plenitud"

El amor hacia la plástica de Pilar Citoler no procede de una herencia genética o del contagio de sus más allegados. Pero el ambiente liberal de la familia, con un padre que estimuló a sus cuatro hijas a estudiar en la Universidad como su hermano mayor y a valerse por sí mismas, y la ciudad de Zaragoza, "en la que había una gran sensibilidad hacia el arte, dentro de las limitaciones de la época", sirvieron para que la intuición y el instinto se plasmaran en afición consciente de por vida. Más adelante, ya en Madrid, donde cursó sus estudios universitarios, un amigo, Tomás García Asensio, entregado al constructivismo geométrico; una amiga, Isabel Cajide, que llegó a ser comisaria de exposiciones del Ministerio de Cultura, y otra mujer, Pilar Santa Cruz de Inguanzo, propietaria de la galería de vanguardia Inguanzo, terminaron por meterla de lleno en un mar de lienzos y esculturas. Pilar Citoler no tenía dudas: Entregada ya a su profesión, elegía ir a exposiciones y museos al salir de trabajar, renunciando a ir de copas. "Mi interés se centraba en conseguir información y contactos. Cuando entraba en una galería convencida de que no iba a comprar nada, siempre salía con alguna obra", cuenta. Hasta llegar a nuestros días con una colección por la que siente "una gran satisfacción y plenitud, que no es tanto por el número de obras, sino por cada una de ellas en sí. Un cuadro, una escultura pequeñita y deliciosa, una obra gráfica, conseguidos a base de sacrificio y de dedicar mi vida... es importante", dice.

La primera vez que picó en plan serio fue en 1969, con un óleo de José Caballero, El andaluz perdido, que adquirió en la galería Juana Mordó de Madrid. Después, la ruleta se convirtió en interminable: autores de tendencia constructiva como José María de Labra o Julián Gil, Elena Asins, José María Cruz Novillo... Firmas europeas: Dubuffet, Le Corbusier, Lèger, Henri Michaux... El movimiento pop norteamericano... La fotografía... Un mundo de tentaciones al que no pudo ni quiere resistirse.

Sin trabas

Con el tiempo, su consulta de odontóloga fue siendo frecuentada por otros aficionados, lo que contribuyó a que permaneciera fiel a su tendencia. Hija, nieta y sobrina de odontólogos -"a los 10 años ya entraba en la consulta de mi padre con bata blanca", recuerda-, su éxito profesional le posibilita engrosar su colección "de una manera asequible". Esto, unido a la libertad de tiempo que le permite su condición de soltera y a que desde niña nadie le ha puesto trabas, han hecho de Pilar Citoler una persona que, ante todo, no teme a la soledad. "Cuando una mujer se entrega a su profesión y sus aficiones, llena mucho su vida. El coleccionismo puede ser una forma de establecer un contacto muy positivo con la sociedad, con las personas y con la vida, y eso llega a formar parte de uno mismo. Adquieres seguridad y sirve de desarrollo mental y espiritual".

Para alcanzar este estado, Pilar Citoler ha contado con su manera de ser, pero también con la educación y el apoyo de su núcleo familiar. "Mi padre tenía una visión de futuro muy clara y quiso que todas las hijas estuvieran preparadas para salir adelante solas, sin depender de nadie", comenta. "La familia con problemas o violencias", añade, "puede llegar a perturbar y traumatizar. Pienso en esas mujeres que reciben malos tratos de su pareja. Eso tiene que ser terrible y debe de marcar mucho a los hijos. Para escapar de esa situación, lo más importante, incluso más que lo económico, es no tener miedo a la soledad".

Pilar reconoce que ha disfrutado de una infancia muy cercana a la felicidad, pero no olvida que otras mujeres lo tuvieron más difícil: "En mi casa había la holgura necesaria para que todos pudiéramos estudiar. Afortunadamente, hoy es diferente, las facilidades de acceso a la Universidad no tienen nada que ver con mi época. Por supuesto, siguen influyendo las capas sociales, pero el acceso a la cultura ha mejorado", concluye.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_