La integración sí puede funcionar
Cayó en mis manos un artículo de EL PAÍS sobre una mujer contando lo que le sucedió en el colegio privado donde había llevado a su hijo. El niño tiene síndrome de Down. Me pareció vergonzoso. Una de las dudas que expresa esta madre es sobre cómo funciona la integración. Quisiera contestar a dicha madre y decirle que tenga tranquilidad y paciencia. Todo es posible luchando cada día, aunque se vaya despacio, porque la integración sí es posible. Porque tengo experiencia.
Yo, como persona afectada por el síndrome de Down, también he pasado por lo mismo en muchas ocasiones diferentes; sin embargo, ante esta situación yo misma hubiera reaccionado exactamente igual (abandonar el centro).
Efectivamente, no se puede ir por la vida de forma que personas que tenemos síndrome de Down tengamos que sufrir semejantes "vejaciones", además, en un centro privado, ya que todos tenemos derecho a poder tener una integración sana sin este tipo de problemas. Tampoco hay derecho a que los que se llaman "profesores" hagan oídos sordos ante estas situaciones.
Al igual que la madre del artículo, yo misma me he hecho esta pregunta: ¿qué valores estamos inculcando a nuestros hijos para que éstos sean capaces de atacar masivamente a un niño indefenso, como cuenta que vio la madre? Realmente, ninguno.
Parece ser que, en vez de ir hacia una reacción de estímulos humanos, lo único que hacemos es no reconocer dónde nos hemos equivocado en la educación de nuestros hijos cuando éstos atacan a las personas más indefensas.-
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