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La confianza de los empresarios alemanes frena su ritmo de caída

La situación económica en Alemania se está equilibrando. "En conjunto, se puede detectar una estabilización de la coyuntura", según dijo ayer Hans-Werner Sinn, el director del instituto Ifo, al presentar los resultados de este mes del famoso indicador de la confianza de los empresarios alemanes. En realidad, el índice cayó por sexta vez consecutiva. Esta vez, de 87,7 a 87,3. Pero lo hizo menos acusadamente de lo que esperaban los analistas. Y además, hay otros datos que sugieren que el clima empresarial es frío, pero no está congelado.

La cifra, con todo, aporta su granito de arena a la montaña de presiones para que el Banco Central Europeo (BCE) recorte los tipos de interés, actualmente en el 3,25%, en su próxima reunión, el 5 de diciembre. Pero pese al optimismo relativo del presidente del Ifo, la mayoría de analistas financieros considera que la economía alemana todavía está seriamente amenazada de recesión en los próximos meses, por el elevado precio del dinero en Europa y las subidas de impuestos a empresas y ciudadanos en Alemania.

Sinn basó su análisis favorable en un único dato. Uno de los subíndices del Ifo, el que mide el ánimo de los empresarios en este mismo momento, y no el futuro próximo, no sólo no cayó, sino que subió marcadamente, de 77,9 a 79,1. Todos los demás datos, en la mayoría de sectores, son negativos.

El panorama que dibuja el Ifo describe una crisis basada principalmente en la caída de los negocios entre empresas, y no tanto en el consumo: no parece que ni particulares ni Gobiernos hayan reducido tanto el gasto como para justificar la depresión. Pero con unas expectativas de crecimiento este año que se sitúan entre el 0,5% y el 1%, según las fuentes, el país bordea peligrosamente la recesión.

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