"El suelo es el problema principal"
Pregunta. Usted hace especial hincapié en la necesidad de reorganizar el colegio. ¿Con qué objetivo?
Respuesta. Cada vez que un arquitecto firma la finalización de una obra, asume una gran responsabilidad, que muchas veces no es suya porque en la obra intervienen contratistas, obreros, promotores que nos imponen los materiales, etcétera. Y nos da la sensación de que ante esa responsabilidad, estamos desprotegidos con el actual colegio, en ese tema como en otros. Nuestra candidatura quiere luchar para hacer un colegio donde se responda a las necesidades reales de los arquitectos, como por ejemplo, la competencia desleal. También queremos dialogar con la Administración para hacerle llegar las demandas reales de los arquitectos, y no nos preocupamos tanto por temas secundarios, según nuestro criterio, de los que se ocupan las otras candidaturas.
P. ¿Qué echa de menos en la política urbanística madrileña en la actualidad?
R. Las ciudades son organismos vivos, que evolucionan. Madrid ha tenido que adaptarse a los cambios, y a veces lo ha hecho de forma, a mi entender, correcta, con la construcción, por ejemplo, de túneles que dan acceso a las principales salidas de capital, o el trazado de la M-40. Pero hay errores, por ejemplo, en el tema de la vivienda. Si se hubiera liberalizado de veras el suelo que se ha dicho, y no se hubiera quedado en manos de los ayuntamientos, el precio de los pisos habría bajado de forma real. No hay que culpar siempre a los promotores por el precio de la vivienda. El problema principal es el suelo.
P. ¿Están especialmente desprotegidos por este colegio los jóvenes arquitectos?
R. La situación de los jóvenes es una verdadera vergüenza. Cobran una miseria por sus primeros empleos, gracias a la liberalización de los honorarios, y no pueden independizarse hasta los 35 años. La mayoría salen de la escuela con una preparación utópica, en la que emplean meses en diseñar proyectos que nunca se llevarán a cabo. Pero cuando salen a la calle no saben desenvolverse y el colegio tampoco está allí para ayudarles. Es indignante. Los jóvenes necesitan el apoyo de un colegio que les escuche.
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