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Crónica:NUESTRA ÉPOCA.
Crónica
Texto informativo con interpretación

¿Un puente lejano?

Timothy Garton Ash

Cuándo debe entrar Irak a formar parte de la Unión Europea? Una pregunta ridícula, dirán. Sin embargo, el mes que viene, los líderes europeos hablarán muy en serio sobre la incorporación de un país vecino de Irak, Turquía. Si Turquía puede, ¿por qué no, en un momento dado, Irak?

Porque no es un país europeo, dirán. ¿Y Turquía? De acuerdo con la geografía, no hay más que una parte muy pequeña de Turquía -nuestra orilla del Bósforo- verdaderamente en Europa. Durante gran parte de la historia, Europa se definió en función de su rivalidad con "el turco", los árabes y el islam. Para la UE, cruzar el Bósforo es ya cruzar el Rubicón. Es pasar de una comunidad basada en siglos de historia y geografía compartidas a otra basada en unos criterios democráticos comunes y el futuro. Turquía, dicen, es un "puente" entre Europa y Oriente Próximo, pero, una vez que pongamos el pie en ese puente, no haría falta andar mucho más -ni en términos históricos ni en términos geográficos- para llegar hasta Irak.

Extender el respeto a los derechos humanos, ayudar al islam a adaptarse al mundo moderno y evitar un sangriento choque de civilizaciones exige que digamos 'sí'
Los argumentos para aceptar su integración son sólidos, especialmente tras el 11-S. Están totalmente relacionados con la "guerra contra el terrorismo"

Sin embargo, quizá estemos a punto de entrar en el puente. Los argumentos para aceptar a Turquía son sólidos, especialmente tras el 11 de septiembre. Están totalmente relacionados con la "guerra contra el terrorismo". No porque Washington vaya a necesitar la cooperación turca para el frente norte de la invasión por tres flancos de Irak, aunque la necesitará. Ése no debe ser el factor fundamental para Europa en una decisión tan importante. Ahora bien, para abordar las causas profundas del terrorismo islámico es preciso mostrar a los habitantes de Oriente Próximo las ventajas de las que pueden disfrutar los musulmanes que acepten las normas básicas de la modernidad democrática. ¿Qué mejor ejemplo puede haber que el Partido de la Justicia y el Desarrollo, el partido islámico moderado que acaba de hacerse con el poder en Turquía en unas elecciones libres y limpias, que acepta el Estado laico y cuyo jefe está realizando una gira por las capitales europeas con el fin de presionar para que acepten a su país en la UE?

Las ventajas de la moderación

Desde luego, para ser miembro de la UE, un Estado debe ser democrático y respetar los derechos humanos y de las minorías. Está claro que Irak -no tanto un refugio de terroristas como un régimen de terrorismo de Estado- está a años luz de eso. Pero Turquía también está muy lejos de los niveles mínimos necesarios. Persigue habitualmente a sus propios disidentes, especialmente a los kurdos. Human Rights Watch ha presentado informes detallados sobre torturas realizadas a 55 personas desde febrero de este año. Sin embargo, este verano, el país aprobó una serie de leyes que abolían la pena de muerte, daban libertad a los medios de comunicación y mejoraban los derechos de los kurdos. Posee un proyecto de ley contra la tortura que el nuevo Gobierno musulmán hará probablemente realidad.

Fomentar la democracia

¿Por qué está progresando Turquía? Porque quiere entrar en la UE. ¿Quién es su mayor defensor dentro de la UE? Su enemigo histórico, Grecia. ¡Qué oportunidad! La lógica de extender la democracia y el respeto a los derechos humanos, abordar las causas profundas del terrorismo, ayudar al islam a adaptarse al mundo moderno y evitar un sangriento "choque de civilizaciones" nos exige que digamos sí.

Pero la semana pasada, Valéry Giscard d'Estaing dijo lo que piensan muchos europeos: ¡nunca! En su opinión, la entrada de Turquía "sería el final de la UE". Existen varios motivos inapropiados para decir algo así. Un turco que participa en la convención sobre el futuro de Europa respondió inmediatamente que Giscard es la viva imagen de los integristas musulmanes: "Es un integrista cristiano. Cree que la Unión es un club cristiano". En concreto, podríamos añadir, un club de cristianos blancos y ricos que se resiste a admitir a los cristianos eslavos, no tan ricos, luego mucho más a los musulmanes turcos, no tan blancos.

Sin embargo, junto a los motivos inapropiados hay una buena razón. Giscard no es meramente un francés católico, conservador, de edad avanzada y católico; además es el presidente de la convención sobre el futuro de Europa. Cuando una persona está intentando reflexionar sobre cómo hacer de la Unión Europea una comunidad política más coherente, la perspectiva de la incorporación de Turquía puede hacer que estalle.

Ya es difícil imaginar una comunidad democrática vibrante de 25 países europeos sin una lengua común. Si a eso añadimos 70 millones de turcos sobre todo musulmanes, con una historia y una cultura política tan diferentes, uno se queda helado. ¿Se imaginan a unos agricultores de Shropshire o unos obreros escoceses aceptando alegremente una decisión de Bruselas en la que el voto decisivo haya sido el turco?

Lo que está en juego no es si esta cosa podrá seguir llamándose Unión Europea. Es si habrá una unión, directamente. De forma que cuando hablen de Turquía el mes que viene en la Cumbre de Copenhague, los dirigentes europeos se estarán haciendo la pregunta más importante: ¿cuál es la razón de ser de Europa? En las puertas del Bósforo se enfrentan dos lógicas poderosas: la lógica de la unidad y la lógica de la paz. Si Europa consiste, sobre todo, en crear una comunidad política coherente, con ciertas aspiraciones de ser una superpotencia, podemos permanecer a este lado del Bósforo al menos durante otra década. Si creemos que es más urgente fomentar la democracia, el respeto a los derechos humanos, la prosperidad y, por tanto, las posibilidades de paz en la región más peligrosa del mundo, atrevámonos a cruzar el puente.

La lógica de la paz

Pero tenemos que saber lo que estamos haciendo. Un puente lleva a otro. La UE ha rechazado la solicitud de incorporación de Marruecos porque no es un país europeo. ¿Podemos defender que Turquía es un país europeo y Marruecos no? Y muy cerca de Turquía está Israel, un pedazo de Europa implantado en Oriente Próximo. Las soluciones de tipo europeo, con una gran cooperación transfronteriza y la prioridad de los vínculos económicos por delante de las ambiciones militares, son precisamente lo que necesitarán el Estado de Israel y el nuevo Estado de Palestina. Si se hace realidad la guerra contra Irak, pueden apostar su último euro a que los europeos tendrán un papel fundamental en la "construcción nacional" subsiguiente ("Estados Unidos cocina y Europa friega los platos", dicen por ahí con ironía). De forma que podríamos acabar con un protectorado europeo -Irak- al lado de un miembro de la Unión Europea, Turquía.

Desde luego, lo ideal -al menos desde el punto de vista de los europeos ricos partidarios de la integración- sería que los países de Oriente Próximo crearan su propia unión en la zona, dentro de una red mundial de uniones de Estados democráticos. Pero no parece muy probable. Una Turquía rechazada no pensaría en darse la vuelta para construir una pequeña copia local de la UE en su región, aunque pudiera.

Tenemos que tomar una decisión. Giscard opina que la inclusión de Turquía convertiría la Unión en el viejo sueño británico de una zona de libre comercio aún más amplia. Incluso el Reino Unido ha superado eso hace ya mucho.

Ahora bien, una UE en la que estuviera Turquía sería algo menos europea y algo menos unión. Sería más exacto calificarla como una comunidad de democracias contiguas. ¿Eso es necesariamente peor? Es muy posible llegar a la conclusión de que Turquía no es un país europeo, pero debería entrar en la Unión.

Así pues, pensando en Irak y en Osama Bin Laden, ¿debemos querer que entre Turquía? Durante decenios, la respuesta europea ha sido: queremos que Turquía siga deseosa de entrar, pero en realidad confiamos secretamente en que nunca lo consiga. Cada vez hay menos espacio para una ambigüedad tan engañosa. Se acerca la hora de la verdad.

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