Las enseñanzas de los Simpson

Hay tardes en que las enseñanzas de Homer Simpson adquieren todo su sentido. Ayer mismo, en la Asamblea de Madrid, sus señorías debieron tener esas grandes dudas que sumen en la desolación o en la esperanza. Por ejemplo: preguntaba Myriam Álvarez (PSOE) por las escuelas infantiles. Decía que había una lista de espera de más de 18.000 niños. Y la corregía el consejero de Educación, Carlos Mayor Oreja, que sólo eran 15.000. Y contestaba Álvarez que bueno, que admitía lo de las 15.000 aunque le parecía una barbaridad. Y el consejero venía a justificar la larga lista diciendo: "La gente quiere venir a la escuela pública porque es de gran calidad, lo que es mérito nuestro". Le faltó decir que, a lo mejor, por eso el Gobierno regional favorece a la enseñanza privada concertada.

Y Myriam, madre de dos niñas, se quedó sin saber qué medidas se iban a adoptar para solucionar el problema. Hay tardes en las que dan ganas de seguir los sabios consejos de Homer Simpson a sus hijos: "Lo habéis intentado y habéis fallado. Moraleja: no lo volváis a intentar".