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Rajoy propone una futura unión electoral entre el PP y CiU

El Partido Popular (PP) no sólo quiere estrechar las relaciones con Convergència i Unió (CiU) en el futuro, sino que aspira a mucho más: a sellar una alianza electoral estable basada en el modelo que en Alemania tienen la democristiana CDU -de ámbito nacional- y la socialcristiana CSU, en Baviera. El vicepresidente primero del Gobierno y vicesecretario general del PP, Mariano Rajoy, dijo ayer en voz alta lo que muchos dirigentes del PP vienen susurrando desde hace años y admitió que la oferta para que CiU se integre en el Gobierno sería un primer paso en el camino hacia la unificación del centro derecha en el pospujolismo.

En una conferencia en el selecto Círculo de Economía de Barcelona, Rajoy aseguró que hay que hacer "un ejercicio muy imaginativo" para seguir reclamando el traspaso de transferencias sustanciales, con lo que a su juicio la división del centro derecha en Cataluña ha dejado de tener sentido: "Nosotros tenemos un planteamiento de enorme calado", aseguró Rajoy, quien añadió que detrás de este planteamiento "está la fórmula CDU-CSU".

El modelo bávaro, que el PP ya ha aplicado en cierta forma en España con el acuerdo con Unión del Pueblo Navarro (UPN), implicaría el mantenimiento de ambos partidos, aunque cada uno en su territorio, y reeditaría el modelo de alianza entre la derecha española y la catalana durante la mayor parte de la Segunda República: en la década de 1930, la CEDA renunciaba a presentarse en Cataluña al sentirse ya representada por la Lliga de Francesc Cambó, precisamente el referente más citado por el nuevo líder del PP catalán, Josep Piqué.

La confluencia entre el PP y CiU es una hipótesis que consideran dirigentes de ambos partidos desde hace años, aunque nunca había sido expuesto públicamente por un dirigente político de tan alto rango. Cataluña sigue siendo el auténtico agujero negro del PP -es la única comunidad en que no alcanza el 10% en las autonómicas- y el partido ha puesto sus esperanzas en que el pospujolismo sirva para refundar el espacio del centro derecha en Cataluña. Para partir con las mejores cartas posibles ante esta posible reconfiguración, el presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, ha enviado a Piqué a la política catalana.

Los principales dirigentes de CiU salieron en seguida a contestar las palabras de Rajoy y a negar su viabilidad. La federación nacionalista ha construido su estrategia electoral a partir de desmarcarse públicamente del PP tanto como le sea posible y, por ello, ve el ofrecimiento para entrar en el Gobierno central y este escenario de futuro dibujado ayer por Rajoy como un abrazo del oso y una OPA hostil. El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, negó que exista afinidad entre el PP y CiU y aseguró que "en determinados aspectos hay más afinidades entre el PP y el PSOE que entre el PP y CiU". "La fórmula alemana no es aplicable", subrayó Mas, quien negó que ambos partidos sean "aliados" a pesar de la colaboración parlamentaria estable desde 1996.

El secretario general de CiU y líder de Unió, Josep Antoni Duran -que fue cortejado en el pasado por Aznar con la vista puesta en el pospujolismo-, también rechazó tajantemente la posibilidad lanzada por Rajoy. Duran reiteró la negativa de la federación nacionalista de entrar en un Gobierno del PP "sin pactar previamente un programa de Gobierno que comporte la aceptación de la plurinacionalidad de España y del hecho diferencial de Cataluña".

En cualquier caso, la fórmula defendida por Rajoy revela que, más allá de los enfrentamientos coyunturales antes de las elecciones, el PP se ha fijado la prioridad de unificar el espacio electoral de centro derecha en Cataluña para resolver su particular problema catalán. Y el episodio muestra también que a pesar de presentar como un "hecho histórico" la elección de Piqué como líder del PP catalán, este partido sigue funcionando como antaño: es la dirección nacional la que decide las grandes líneas políticas en Cataluña, la que marca los tiempos y la que anuncia las decisiones.

Josep Piqué, a última hora de la tarde, aseguró: "Hoy por hoy [la propuesta de Rajoy], es imposible". El líder del PP catalán añadio que esta imposiblidad venía dada por los proyectos soberanistas que alienta Mas. Mientras se mantenga este soberanismo, vino a decir Piqué, será imposible el pacto que propone el ministro Rajoy.

Un dirigente del PP catalán próximo al ministro señaló que los planteamientos de Piqué coinciden a largo plazo con el diseño de Rajoy. El análisis del equipo de Piqué es que tras las próximas elecciones todos los escenarios llevan a estrechar los vínculos con CiU: si ambas formaciones suman 68 escaños tras los comicios de 2003, el PP exigirá entrar en el Gobierno catalán, con lo que la alianza se hará más sólida. Si por el contrario CiU pierde el Gobierno, la reconfiguración del centro derecha catalán previsiblemente se acelerará y el PP estará en mejores condiciones para impulsar este proceso junto con los sectores moderados de la federación nacionalista.

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