Julio Rodríguez dice que el suelo para construir está "retenido" por los inversores

Julio Rodríguez, ex presidente de la Caja General de Granada y especialista en el mercado hipotecario aprovechó ayer la invitación del Observatorio Económico de Andalucía para desmontar algunas de las razones que se han argumentado en las últimas semanas para explicar la prolongada escalada de precios en la vivienda. Rodríguez negó que la subida se deba a la falta de suelo para construir. "No hay escasez de suelo urbanizable en absoluto, hay suficiente para dos España", explicó el economista, quien precisó que los Ayuntamientos han vendido y calificado mucho terreno para ser urbanizado - "sólo en los 30 municipios que rodean Granada hay 500.000 hectáreas", dijo a modo de ejemplo-.

Según el ex presidente de La General, los inversores, casi siempre privados, han "retenido" esos suelos, con la intención de fomentar nuevas subidas de precio. Rodríguez indicó en la conferencia de prensa que precedió a su intervención en Sevilla en el Observatorio Económico de Andalucía, que esperaba que el "boom" del precio de la vivienda se prolongue al menos hasta 2004, ya que nuevos recortes en el tipo de interés facilitarán nuevas hipotecas, pero negó que este fenómeno se deba a la presión de la demanda.

Rodríguez indicó que el parque de viviendas rondará ahora los 21 millones de inmuebles, mientras que el número de hogares está en 13,7. Precisó además que en los tres últimos años se han puesto casi medio millón de viviendas anuales en el mercado, y que la diferencia entre oferta y demanda ha aumentado.

El ex presidente de La General aclaró que una de las razones de esta escalada de precios -la vivienda creció en los últimos cinco años un 75%, frente al 16% del IPC y el 14% de los sueldos- es que una parte muy importante de ese parque de viviendas no se destina a vivienda principal (un 20%) o está desocupada (más del 15%). "Hay demasiadas persianas echadas", sintetizó Rodríguez.

Otro factor decisivo, según el ex presidente de La General, es el escasísimo peso del alquiler, más aún si está subvencionado: en la UE, el 18% son viviendas sociales de alquiler, frente al escaso 2% que se registra en España.