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Entrevista:IKER CASILLAS | Guardameta del Real Madrid | FÚTBOL | La semana del gran clásico

"Si no pones cara de mala leche pareces un poco tontín"

Diego Torres

A Iker Casillas (Madrid, 1981), chaval con aura de mito, se le ha borrado la mirada de tierno cadete. Ahora se le ve más sombrío, campechano como siempre y algo escéptico ante la realidad de la portería y los balones altos. Así volverá al Camp Nou el sábado.

Pregunta. ¿Qué ha cambiado en usted desde su consagración, en Manchester, en 2000, en el 1-3 de Old Trafford?

Respuesta. Eso es una anécdota curiosa. Yo me quedo con el primer día en que debuté, en septiembre de 1999. Si no hay un principio no hay nada, ni final. Para mí ese día fue el día más emocionante de mi carrera. Llevaba nueve años en la cantera, nadie me conocía, era muy joven y me sentí muy extraño por tener la suerte de jugar en el primer equipo, en San Mamés. Empatamos 2-2.

"A mí no me importó volver al filial; me sentía del B y no tenía prisa por llegar al primer equipo"
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P. Luego, lo bajaron al Segunda B, como Van Gaal a Víctor Valdés en el Barça.

R. No me importaba porque yo me sentía jugador del B y no tenía prisa por llegar al primer equipo. Yo tuve fortuna porque tuve la oportunidad de jugar en Primera, jugué... Creo que no lo hice mal, tampoco bien... Me bajaron y después tuve una segunda oportunidad con Del Bosque. La primera vez había muchísima publicidad. En la segunda me dije "jugaré lo mejor posible y si fallo me da igual, mala suerte, bajo al B y ya está".

P. ¿Está más enchufado al fútbol ahora que cuando debutó? ¿Mira más partidos por la tele?

R. Yo no miro nada. Antes, a lo mejor leía algo en la prensa y me preocupaba. Ahora mucho menos.

P. ¿No ha visto al Barça por la tele últimamente?

R. Me gusta el fútbol pero no me siento obligado a ver todos los partidos. La semana pasada miré la segunda parte del Milan-Depor en Liga de Campeones.

P. ¿Cómo son sus jornadas?

R. Me entreno, me voy a casa, estoy con mi madre y mi hermano, porque mi padre todavía no ha llegado de trabajar, como y después me voy a hacer alguna otra cosa, como estudiar inglés. Y a veces quedo con los amiguetes. Casi la misma vida que hacía de cadete.

P. ¿En su casa le preguntan por los balones colgados?

R. ¡Que va! Mi madre no es futbolera. Mi padre sí. Pero igual que él no le gusta hablar de su trabajo cuando llega, a mí tampoco. Mi padre sabe que en ese momento yo estoy hasta las narices del fútbol, y me ayuda.

P. Lo de sus balones aéreos se ha convertido en debate nacional.

R. Mejor. Que la gente hable de fútbol. A mí me trae sin cuidado. Muchos porteros fallan y han fallado por arriba y eso no quiere decir que no sepan salir por alto. Si salen mal, chico, mala suerte. Ya saldrán bien y las cogerán. Yo sólo he visto a un portero que por arriba salía a todo. El año pasado fuimos a jugar a Egipto y el portero del Al Ahly, un tal El Hadary, salía a todo. A los demás, siempre los he visto dejar pasar alguna. Daba igual a dónde fuese el balón, él salía. Bien o mal, y eso también es de valentía.

P. ¿Cada vez que le centran un balón desde la banda piensa que media España le mira?

R. Para nada. Ni lo pienso. Quien me quiera mirar que me mire. Si fallo, mala suerte. Ya saldré bien. No pasa nada.

P. ¿Ha mejorado las salidas en el último año?

R. Creo que no. Pero no se trata de haber mejorado o no. Sigo siendo el mismo. Lo que pasa es que he salido a diez balones, he hecho ocho bien, y parece que he mejorado. Es un ejemplo, no cuento las veces que salgo, pero lo digo para explicar cómo se me observa. El día que la estadística me salga al revés, dirán que he empeorado.

P. ¿Cuál es su fuerte?

R. Que me lo tomo todo con sentido del humor. En ningún momento estoy rígido, preocupado o analizando cada cosa.

P. Parece que usted responde mejor cuando el común de los porteros pierde los nervios: los penaltis y los mano a mano.

R. ¡Nahh...! Te ponen el sambenito muy fácil. Resulta que paras tres manos a manos y por eso dicen que eres un fenómeno. Pero he tenido manos a mano otras veces y me han metido gol. Es como todo.

P. ¿Qué delanteros le hacen más daño?

R. Los grandes, los que van bien de cabeza. Y los que tienen buen disparo desde fuera del área.

P. Últimamente se le ve más serio, más mosca. ¿Por qué?

R. Porque vas espabilando. Se te pone cara de más mala leche. Pero está bien así porque si no, resulta que siempre te ven la cara de niño y entonces parece que eres un poco petit suisse, un poco tontín. Aquí, o te pones un poco de mala leche o mal lo llevas.

P. Dice la leyenda que usted tiene suerte. ¿Tuvo suerte en Glasgow o fueron tres paradones?

R. Pues... ni paradones ni cosas fáciles. Eran balones difíciles y cada uno tenía su argumento.

P. ¿Kluivert o Saviola?

R. Kluivert es más completo. Saviola es más ratón, más pícaro. Kluivert tiene mejor disparo, mejores movimientos, más remate de cabeza. En el mano a mano son iguales porque los dos te hacen cosas raras.

P. ¿Cómo resuelve los uno contra uno?

R. Aguantar y a ver por dónde se va el delantero. A los delanteros también tienes que hacerles tu juego, como ellos hacen el suyo. Si él amaga con la cintura, tú con los pies, con el cuerpo.

P. ¿Cómo llega el Barça al sábado?

R. Salvo por la Copa del Rey, van por el buen camino. Están jugando cada vez mejor.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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