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La comisión del autogobierno se cierra con una trifulca entre CiU y Esquerra

El Parlament cerró ayer la comisión sobre el autogobierno con la aprobación de un texto de mínimos, votado por todas las formaciones salvo el Partido Popular (PP), que propugna la reforma del Estatut. Los más de 18 meses de trabajo concluyeron con una apariencia de consenso que, no obstante, dista mucho de ser real: los partidos ni siquiera se pusieron de acuerdo sobre qué estaban votando realmente y la sesión terminó con una agria trifulca entre diputados de Esquerra Republicana (ERC) y de Convergència i Unió (CiU) que se prolongó en los pasillos de la Cámara.

La comisión ha tenido una vida agitada y en varias ocasiones estuvo a punto de cerrarse sin conclusión alguna. Durante todo el proceso, los grupos de izquierda presionaron para alcanzar un acuerdo, aunque fuera de mínimos. En cambio, CiU quiso evitar las votaciones: primero para no ver peligrar la alianza con el PP y después para no restar relevancia a las propuestas de reforma del Estatut que lanzará su candidato a la presidencia de la Generalitat y hoy conseller en cap, Artur Mas.

Finalmente, ayer la comisión votó y se disolvió, aunque las conclusiones -que ya fueron refrendadas parcialmente en el pleno de la semana pasada- serán votadas solemnemente todavía en otra ocasión en el hemiciclo del Parlament. El documento final apuesta genéricamente por la reforma del Estatut, por lo que el PP se ha desentendido de las conclusiones e incorpora el documento técnico elaborado por el letrado Joan Vintró a modo de mínimo común denominador.

No obstante, el portavoz parlamentario de CiU, Ramon Camp, precisó que en su opinión el informe se incorpora como material de trabajo junto con las propuestas de cada grupo, sin que ello signifique que ha sido asumido por la Cámara. Esta interpretación soliviantó a todos los demás grupos, que dejaron claro que tras la votación el Parlament hacía suyo el contenido del informe.

Ponencia conjunta

El portavoz de ERC, Joan Ridao, y Ramon Camp se enzarzaron en una agria discusión, que la portavoz del PP, Dolors Nadal, definió como "una loca carrera para ver quién ha planteado antes la reforma del Estatut y cuál es más ambiciosa". Una vez acabada la sesión, los diputados Josep Huguet (ERC) y Enric Millo (CiU) se sumaron a la trifulca. Los convergentes acusaban a los republicanos de "dar cobertura a los socialistas" y les imponían irónicamente medallas de nacionalismo. Los diputados de ERC, por su parte, acusaban a CiU de "tergiversar" las conclusiones y de "sectarios".

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Los tres grupos de izquierda defendieron la necesidad de constituir cuanto antes una ponencia conjunta para empezar a trabajar en la reforma del Estatut, a lo que CiU se opone.

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