Visto bueno al plan que convertirá la plaza de toros de las Arenas en un nuevo espacio de comercio y ocio

Otro proyecto que durante años también parecía maldito, buscar una nueva actividad para la plaza de toros de las Arenas, contó ayer con el visto bueno casi unánime de todos los grupos. Sólo Esquerra Republicana -socia del gobierno de los socialistas e Iniciativa- manifestó su abstención. Una postura que parecía estrechamente ligada a la forma del edificio: un coso taurino.

Jordi Portabella, tercer teniente de alcalde y nada amigo de todo lo relacionado con el espectáculo taurino, alegó que a su grupo no le parecía razonable tener que respetar una fachada que 'no responde a estilo alguno sólo por el hecho de estar catalogada con un nivel de protección que excluye la obligación de conservar la estructura'. Insistió en que precisamente por ese 'afán' de salvaguardar el coso se construirá un edificio de oficinas en el frente de la plaza de la calle de Llançà. Y ese edificio, dijo, no le gusta.

El plan especial de las Arenas, que impulsa la promotora Sacresa, supondrá generar actividades ligadas al ocio, al comercio y al sector terciario en cerca de 100.000 metros cuadrados. El acuerdo de todas las fuerzas políticas -salvo ERC- estuvo estrechamente ligado a que han quedado descartados los usos de ocio ligados a discotecas y bares nocturnos. 'Esa era una de las preocupaciones que resaltaban las alegaciones formuladas que se han recogido', explicó el gerente de Urbanismo, Ramón García Bragado. Finalmente, las Arenas tendrá multicines y presumiblemente espacios dedicados a la restauración y otros usos compatibles con un entorno urbano y densamente poblado. Además de lo que es la propia plaza, se construirán dos edificios para oficinas cuyo uso se prevé asociado a la Fira de Barcelona.

La nueva Arenas comportará cambios de movilidad de la zona. Se prolongará el carril bus del lateral lado montaña hasta la misma plaza de España. Será de uso exclusivo para el transporte público y supondrá la anulación del giro desde la calle de Tarragona hacia la Gran Via en dirección Besòs. La calle de Llançà prácticamente será peatonal y los accesos al aparcamiento, de unas 1.100 plazas, se situarán en los frentes con lado a la Gran Via y a la calle de la Diputació.

La comisión de Urbanismo también aprobó la modificación del entorno del hotel de Miramar que suscitó polémica entre el equipo de gobierno y la oposición.

Mientras los primeros sostuvieron que esa reordenación asegura el uso público de los jardines que ocuparán lo que actualmente es la carretera frente a Miramar, la oposición manifestó sus dudas de que eso llegue a ser cierto al final del proceso.