Clijsters alimenta la esperanza
La tenista belga destrona a Serena Williams en la final de Los Ángeles
Kim Clijsters tiene 19 años, una edad no inhabitual para el éxito en el tenis, y es belga, una nacional desacostumbrada en el ránking de la gloria. Ambas cosas coincidieron en el Masters femenino, culminado ayer en la pista artificial del Staples Center de Los Angeles, preparada para mayor gloria de las hermanas Williams, continuas dominadoras el tenis femenino.
Cuando Clijsters voleó con decisión para concluir el partido, ni élla, ni nadie se lo creía. Serena Williams se rindió a la evidencia de un contundente marcador (7-5 y 6-3) que le robaba la última gloria de la temporada, quizás la mas preciada. Nadie esperaba un resultado así. Clijsters es una buena tenista, en período de mejora, pero se antojaba asequible para cualquiera de las hermanas Willimas, más áun en Los Angeles. Lo cierto es que la gloria le dejó un lugar en el último momento que le reportó la sonoridad de ser la última ganadora de la temporada además de tres millones de dólares como premio en metálico.
Los 10.500 espectadores, la mejor entrada del torneo, se quedaron atónitos cuando concluyó el partido, obligados a reconocer la la capacidad de Clijsters para combinar ataque y defensa, y sobre todo, por su movilidad. Serena, la número uno del mundo, que llegaba a la final como gran favorita después de haber eliminado en semifinales a su compatriota Jennifer Capriati, y con cinco triunfos en los enfrentamientos anteriores contra Clijsters, se encontró con la sorpresa que su rival la superó en todos los aspectos del juego menos en el saque.
Probablemente, a la menor de las hermanas Williams le perdieron sus continuos errores no forzados, especialmente con el revés, su talón de Aquiles. No es algo nuevo. Con el tiempo, no ha mejorado una faceta definitiva cuando no puede imponer el resto de su armamento tenístico. Serena completó un año triunfal con tres títulos de Grand Slam y el número uno indiscutible del mundo, pero Clisjsters alimentó la posibilidad de que el tenis femeinno no sucumba al ritual de las hermanas Williams.
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