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Columna
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Menos lobos

Sé que mi querido amigo y en tantas cosas maestro Manuel Martínez Sospedra me perdonará que a su Venida del lobo (09/11/02) le replique con este entrañable y forgesiano Menos lobos al hacerme eco de sus apreciaciones sobre la cuestión pre-electoral en la CV. Vaya por delante que ya en su momento me pregunté con prudencia si la dimisión de Zaplana como Presidente de la GV, su sustitución por Olivas y la posterior designación de Camps como candidato del PP al puesto tendrían o no efectos negativos en las expectativas de voto de los populares y, por ende, en la mejora de las del PSPV-PSOE. Hasta hoy, y que yo sepa, no hay datos públicos sobre la respuesta estadística a la pregunta concreta; y los que se suponen contrastan vivamente con la coherencia de las series históricas de resultados electorales en la CV. Escribí, por ello, el miércoles pasado, que si la diferencia de puntos entre PP y PSPV-PSOE en las tres grandes ciudades (Castellón, Alicante y Valencia) en la media calculada para las últimas cuatro elecciones habidas en la CV era de 20 puntos, el creciente enjuague de la diferencia entre los dos primeros partidos que se deriva de una encuesta hecha pública recientemente parecía traducir una auténtica catástrofe en las previsiones de las series. Una diferencia de 20 puntos en tres ciudades que representan el 30% del censo electoral no se reduce de la noche a la mañana si no es como consecuencia de una auténtica catástrofe, que, a su vez, puede ser la suma de múltiples pequeñas catástrofes en cada una de esas ciudades más el tirón de los candidatos de la oposición (y debe tenerse en cuenta que a excepción del candidato por Castelló, los otros dos del PSPV-PSOE acaban de proponerse, y no sin problemas); y, otra distancia global del 13,4 (como media de las últimas cuatro elecciones en el total de la CV) es aún menos susceptible de abruptos reacomodos dados los indicadores de bienestar y malestar social que hay que cotejar con las series históricas y los sorprendentes datos procedentes de encuestas privadas cuyos datos sólo son buenos para quienes quieren creer en ellos.

Una detallada consulta a la base de datos Argos, de la GV, en la que tanta ciencia ha puesto nuestro colega y amigo Josep María Felip, y específicamente a la serie de datos de intención de voto reflejada en consultas demoscópicas, procedentes de diferentes encargos, y técnicas, cotejada con los resultados reales de las consultas de los últimos diez años, reflejaría que la encuesta del PSPV-PSOE en la que parece apoyarse Martínez Sospedra se aleja notablemente de la lógica que el resto de indicadores y datos arrojan.

¿Quiere decir esto que hay que desconfiar de que tanto UV cuanto BNV estén ahora mismo en las puertas de conseguir entrar en las Cortes Valencianas? Desde luego que sí, porque eso va a depender fundamentalmente del número de candidaturas municipales reales y exitosas que presenten, y que hoy es todavía una variable sin cuantificar. ¿Quiere decir, además, que el PP está ante el César o nada de la incertidumbre del escaño 45? En esa situación ya estuvo el PSPV-PSOE en el 91, y obtuvo mayoría absoluta como respuesta. Un indicio.

Y, finalmente, que la movilización del PP empieza con mucha antelación, es ¡evidente!, pero conviene recordar la fecha en que arrancaron todas las pre-campañas electorales desde mediados de los 80 hasta hoy para relativizar que no se trata de que viene el lobo, pues hay menos lobos de los que parece.

Vicent.franch@eresmas.net

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