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Mas y Rato se reúnen en secreto para pactar los presupuestos

El conseller en cap, Artur Mas, y el consejero de Economía, Francesc Homs, cerraron ayer en Madrid las negociaciones que permitirán el apoyo de Convergència i Unió (CiU) a los Presupuestos Generales del Estado de 2003. Mas y Homs almorzaron ayer con el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. La reunión, por su secretismo, levantó ampollas en el grupo de CiU en el Congreso, ajeno a la celebración de esta cumbre económica.

Ayer en Madrid coincidieron Jordi Pujol, su conseller en cap y el consejero de Economía. Pero mientras que la agenda de Pujol era pública -participó en un programa de TVE y por la noche acudió al Palacio Real a una cena oficial-, Mas y Homs intentaron por todos los medios que su presencia en la capital pasara desapercibida. No era para menos: almorzaron en la sede del Ministerio de Hacienda con Rodrigo Rato y Cristóbal Montoro.

La entrevista entre los cuatro responsables económicos de los gobiernos central y autónomo sirvió para cerrar los últimos flecos de las negociaciones de los presupuestos del Estado para 2003. Ambas partes pactaron media docena de enmiendas a unos presupuestos que CiU votará a favor porque, en su opinión, establecen una política económica correcta y continuista e incrementan las inversiones del Estado en Cataluña. Mas y Homs también detallaron las medidas fiscales que incluirán los presupuestos de la Generalitat para 2003.

Asimismo abordaron aspectos relacionados con la compensación por la supresión del impuesto de actividades económicas (IAE), así como la Ley Financiera, de la que hoy tratará el Consell Executiu. Rato, por asistir a esta reunión, se ausentó del almuerzo de la fundación FAES, presidido por José María Aznar.

Críticas de la izquierda

Una de las medidas fiscales anunciadas por el Gobierno catalán, la aplicación de incentivos fiscales para las familias que ayuden a sus hijos a comprar una vivienda, mereció ayer un alud de críticas de la oposición, no porque esté en desacuerdo con que se facilite el acceso de los jóvenes a la vivienda, sino porque, tal como ha sido anunciado, podría beneficiar sobre todo a las capas sociales más pudientes. CiU baraja dos tipos de medidas: una desgravación del 1% de la cantidad con la que los padres contribuyan a la adquisición de la primera vivienda del hijo y una reducción en el impuesto de donaciones, que grava con porcentajes que oscilan entre el 7,6% y el 34% las donaciones que se realizan en vida. Los tres partidos de izquierda -PSC, ERC e ICV- coincidieron en que la primera de las medidas tendrá un impacto mínimo sobre la mayoría de los contribuyentes. Unos padres que diesen a su hijo 6.000 euros (un millón de pesetas) desgravarían 60 euros.

En cambio, la reducción de la fiscalidad de las donaciones en vida tendría una fuerte repercusión, especialmente en las de mayor cuantía. Ahora estas donaciones tributan un mínimo del 7,6% para cantidades superiores a 7.600 euros y un máximo del 34% para donaciones de más de 300.500 euros. Fuentes de Economía precisaron ayer que la medida está aún en estudio y que, en todo caso, se establecerán límites, tanto en el porcentaje de reducción del tributo como en la cantidad máxima a la que podrá aplicarse. El diputado del Grupo Socialista Oriol Nel.lo, que calificó de 'cosmética y electoral' la iniciativa, advirtió asimismo del riesgo de que ésta sirva para 'encubrir la compra de segundas residencias'. El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, consideró que la propuesta es insuficiente. El presidente de ICV, Joan Saura, lamentó que las desgravaciones beneficien 'a quien más cotiza', en lugar de atender las necesidades de los sectores más desfavorecidos.

El ministro de Ciencia y Tecnología y presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, hizo ayer añicos la estrategia de CiU de intentar desmarcarse de su partido y aseguró que él personalmente ha mantenido en los últimos días conversaciones con miembros del Gobierno catalán y con el consejero de Economía, Francesc Homs, sobre los presupuestos de la Generalitat para 2003. 'He hablado de los presupuestos con quien tenía que hablar y también con Homs', aseguró ayer Piqué en la sede de Fomento del Trabajo Nacional, en Barcelona, donde participó en un acto sobre nuevas tecnologías.

Ayer mismo, el conseller en cap, Artur Mas, aseguraba en la reunión de la ejecutiva de Convergència que éstos serán los primeros presupuestos de los últimos años que llegan 'vírgenes' al Parlament ya que, según la versión que mantiene CiU, no ha habido negociación previa con el PP. La ejecutiva convergente decidió abrir conversaciones tanto con el PP como con Esquerra una vez que este viernes se presenten en el Parlament las cuentas públicas de 2003.

El ministro se mostró satisfecho con el proyecto que le ha mostrado Homs: 'No me provoca ninguna reacción contraria', subrayó Piqué, quien dejó claro que, salvo imprevistos, el PP apoyará los presupuestos. La actitud de CiU, dijo, es sólo una 'escenificación'. 'Lo ha hecho siempre y por tanto no me extraña, aunque me gustaría que CiU asumiera con normalidad que negociará los presupuestos con el PP'.

El talante exhibido por Piqué supone un cambio con respecto a la actitud de su predecesor como líder del PP catalán, Alberto Fernández, quien a cada desaire de CiU respondía con una altisonante advertencia que posteriormente caía en el olvido. Ayer Piqué hizo lo contrario: al intento de Convergència de separarse del PP, Piqué respondió aparentando la máxima normalidad y la máxima colaboración con los nacionalistas. El ministro se limitó a señalar que el PP sólo se desentendería de los presupuestos si CiU se negara a aceptar enmiendas de su partido, algo que en su opinión es completamente inverosímil.

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