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Crónica:Volvo Masters | GOLF
Crónica
Texto informativo con interpretación

La revoltosa pelota de Montgomerie

Langer comparte el triunfo en Valderrama con el escocés después de que éste estuviera a punto de sufrir una penalización

Colin Montgomerie acabó su último recorrido, reprendió a un espectador y un fotógrafo increpándoles agriamente, se abrió paso a grandes zancadas sin mirar a nadie y entró en el refugio. Las paredes retumbaron. El escocés lanzaba puñetazos contra los frágiles paneles de la caseta prefabricada y pateaba con violencia una mesa. El sol se ocultaba entre los alcornoques de Valderrama y una voz, emergiendo desde los altavoces, avisaba: 'El desempate se retrasará unos minutos por la reclamación contra el señor Montgomerie en el hoyo 10'. Había acabado el Volvo Masters, el torneo final del circuito europeo, igualado a 281 golpes con el alemán Bernhard Langer.

Pero algo había sucedido con Montgomerie, sí, en el hoyo 10. Algo grave que condujo al iracundo Monty y al árbitro principal, el también británico John Paramor, hasta la furgoneta donde se procesa la señal de televisión. Una, dos..., mil veces vieron los dos hombres juntos si Montgomerie movía la pelota o no al acomedar el putter antes de dar el golpe. El veredicto fue finalmente negativo. En caso contrario, el escocés habría sido penalizado con dos golpes.

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'Cuando un jugador se pone a la bola tiene dos golpes de penalidad si ésta se mueve'. Así reza la regla. Y... se movió. Pero Montgomerie insistió e insistió en que él no fue quien la impulsó. 'Tanto Paramor como yo hemos visto que no coloco el putter junto a la bola. Ésa es la clave de la cuestión', explicó; 'vi que la bola se movió. Pero la duda era si la había movido yo o no. Por supuesto, yo no la tenía'.

En el hoyo 12, dos después del incidente, Paramor avisó a Montgomerie de lo ocurrido. Desde entonces, el cascarrabias del tour acentuó sus gestos de disgusto. Pero también tuvo otra consecuencia. Montgomerie pensaba que necesitaba arriesgarse para ganar. Creía que sumaba dos golpes más de los que realmente tenía y falló justamente en el 18. Hizo un bogey tras fallar un putt sencillo. Empate. Una sorpresa para Langer, que no sabía nada de lo ocurrido y no podía imaginar que el escocés fallaría justamente en la última bandera.

Al final, tras su colección de muecas de enfado, Montgomerie pudo sonreir. El escocés ganó su primer desempate después de siete intentos fallidos. Compartió el trofeo con Langer, pero ganó. 'Los dos estamos contentos. Colin ha ganado su primer desempate y yo pasaré a la historia por haber compartido un torneo en dos ocasiones', afirmó Langer, que ya lo hizo en el Open de Francia de 1986 con Severiano Ballesteros.

El germano emergió en la última jornada. El juego lineal, metódico y muy seguro de Langer siempre ha funcionado en Valderrama, un campo del que ostenta el récord, con 62 golpes, quien ha cumplido la norma de jugar muy seguro en las calles y manejar los hierros con la maestría que le es habitual.

El galés Bradly Dredge, de 29 años, vestido de negro de los zapatos a la gorra, aguantó la presión hasta los últimos hoyos. Se mantuvo líder prácticamente durante toda la jornada. Al final, terminó el tercero. Todo un éxito para una de las mayores sorpresas del campeonato. 'Me encantaría poder quedar entre los 15 primeros de un torneo como el Volvo Masters', decía con sencillez durante las jornadas de entrenamiento previas a la competición.

En el momento de la verdad, tanto Dredge como Ángel Cabrera, el argentino con una pegada demoledora, desaparecieron de la lucha por el triunfo y salieron a flote los veteranos. El pulso era entre Montgomerie, que ha jugado muy bien en los greenes durante los cuatro días, y Langer. Precisamente, el alemán ha roto la maldición según la cual ningún jugador repetía triunfo en el complicado Valderrama. Langer ya se lo apuntó en 1994.

Los españoles quedaron desperdigados por las zonas más oscuras de la clasificación, con la excepción de Sergio García. El castellonense, que cumplió con su objetivo de mantener sus opciones en todos los torneos hasta el último día, acabó el séptimo, a seis golpes de los ganadores. 'En este campo no se puede ir a remolque', dijo. El Niño acabó su vuelta rodeado de un público que, rendido, le aplaudía cada gesto y sonriendo aparentemente muy satisfecho.

Por otra parte, la última incógnita que quedaba por desvelar del circuito europeo se resolvió a favor de Retief Goosen. El surafricano se apuntó finalmente el liderato de la clasificación por ganacias del circuito. Una pugna, matenida con el irlandés Padraig Harrington, que se dirimió sin ningún brillo. Goosen dejó una tarjeta de 12 golpes sobre par. Peor le fue a Harrington, que hizo 13. 'Ha sido muy decepcionante tanto para mí como para Harrington', resumió Goosen.

Clasificación final: 1. Bernhard Langer (Alemania) y Colin Montgomerie (Escocia), 281 golpes. 3. Bradley Dredge (Gales), 283. 4. Peter O'Malley (Australia) y Ángel Cabrera (Argentina), 285. 6. Jarmo Sandelin (Suecia), 286. 7. Sergio Garcia y Adam Scott (Australia), 287. 9. Darren Clarke (Irlanda del Norte) y Robert Karlsson (Suecia), 288. 18. José María Olazábal, 292.

Clasificación final del circuito europeo por ganancias: 1. Retief Goosen (Suráfrica), 2.360.127,65 euros. 2. Padraig Harrington (Irlanda), 2.334.655,45. 3. Ernie Els (Suráfrica), 2.251.708,28. 4. Colin Montgomerie (Escocia), 1.980.719,95. 5. Eduardo Romero (Argentina), 1.811.329,89. 6. Sergio García, 1.488.728,30. 7. Adam Scott (Australia), 1.325.403,70. 8. Michael Campbell (Nueva Zelanda), 1.325.403,70. 9. Justin Rose (Inglaterra), 1.323.528,84. 10. Paul Lawrie (Escocia), 1.151.433,91. 13. José María Olazábal, 1.066.082,90.

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