La Ruta Verdaguer descubre los paisajes del poeta en Barcelona, Osona y el Rosellón
Acercar al ciudadano la figura del poeta Jacint Verdaguer, explorando los paisajes y lugares que marcaron su vida y su extensa obra. Descubrir esos paisajes y sentirlos tal como él los sintió hace más de 100 años. Con esta idea se inaugura hoy la Ruta Verdaguer, un trayecto permanente por las calles y paisajes de Barcelona y de las comarcas de Osona y el Rosellón por donde transcurrió la vida del poeta.
La ruta empieza en Barcelona. Un recorrido por Ciutat Vella, con paradas en puntos característicos como el monumento a Colón, donde se inicia el itinerario, las basílicas de la Mercè y Santa Maria del Mar, la calle de L'Argenteria, la catedral, la iglesia del Pi, el Ayuntamiento y el Palau Moja, en La Rambla. En esta parte del itinerario, la voz de un guía grabada en un disco compacto o casete acompaña al visitante explicándole la importancia de los monumentos. Asimismo, se recitan fragmentos de poesías o prosas verdaguerianas relacionadas con esos lugares.
El itinerario prosigue por el Eixample, Gràcia, Sant Gervasi y Sarrià, y se encarama a Vallvidrera, donde se encuentra Vil.la Joana, la casa, hoy convertida en museo, en la que murió Verdaguer.
No habrá listas de espera ni colas en este periplo. Se trata de una ruta autoguiada, en la que el visitante podrá marcar su propio ritmo. A tal efecto se ha editado un estuche -que contiene un libro guía, un mapa de Barcelona y el CD o casete- que se puede adquirir en el Centro del Modernismo de Barcelona (casa Amatller, paseo de Gràcia, 41) por 12 euros para el público en general, o 9 euros para estudiantes, jubilados y parados. El consistorio barcelonés ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Vic y de la delegación de Asuntos Catalanes del Ayuntamiento de Perpiñán.
Pero la vida de Jacint Verdaguer no sólo se concentró en Barcelona. Sus raíces se hallan en la comarca de Osona, concretamente en Folgueroles, la localidad que le vio nacer en 1845 y de la que hay numerosas referencias en sus poemas. Su casa natal, la ermita de Sant Jordi, donde ofició su primera misa, o la Font del Desmai, lugar habitual de sus escapadas para meditar, leer y escribir, y el seminario de Vic, donde estudió, son algunas de las paradas obligadas previstas en esta guía.
El itinerario no ha olvidado tampoco la relación de Verdaguer con el Rosellón, retratado en uno de los poemas épicos más importantes del poeta: Canigó. Verdaguer estuvo muy vinculado sentimentalmente a esas tierras pirenaicas, donde recuperó canciones, tradiciones y leyendas populares que se estaban perdiendo, y contribuyó así a recuperar el sentimiento catalanista de sus habitantes.
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