Agresti hace abuela a Carmen Maura en 'Valentín'
A Carmen Maura le ha tocado hacer de abuela en Valentín, la película del argentino Alejandro Agresti que se preestrenó el pasado lunes en la gala inaugural del Festival de Cine y Deporte de Sevilla. Tras medio centenar de películas, como Mujeres al borde de un ataque de nervios o La comunidad, la actriz madrileña asegura que ahora disfruta de un 'maravilloso sentimiento de libertad'.
'Una de las ventajas de la edad es que puedes decir lo que quieras, siempre que no incordies, lo importante es decirlo con sentido del humor', afirmó Carmen Maura ayer en Sevilla. Y se aplico en llevar a la práctica su teoría: 'Trabajar con Alejandro Agresti es, a veces, frustrante. Tu llegas con un texto aprendido que crees que es fundamental y él te hace decirlo a lo lejos o te lo cambia todo en el último momento. Él lleva la película en la cabeza y no siempre coincide con el guión', asegura la actriz, quien reconoció que el resultado le ha sorprendido.
'Es capaz de despertar emociones con cosas realmente simples', añade. Alejandro Agresti, de 41 años, ha dirigido entre otras Una noche con Sabrina Love (2000) y El viento se llevó lo que, ganadora del Festival de San Sebastián de 1998. La película es una producción de Filmax con participación argentina, italiana y española que distribuye Miramax. Se estrenará a finales de este año en Estados Unidos y a España llegará en febrero de 2003.
'No me ha importado en absoluto representar a una viejita, lo que más duro me resulta en escena es la desgracia. Ser abuela con un nieto tan adorable como Rodrigo ha sido estupendo', comentó. Valentín es la historia de un niño que vive en el Buenos Aires de 1960 con su abuela y decide fabricarse su propia familia. El niño lo encarna Rodrigo Noya, quien con nueve años ha participado ya en varios trabajos para televisión y en la película Dibu III (2001). Julieta Cardinali representa a la madre que le gustaría tener a Valentín y Mex Urtizberea, al padre.
'Me he llevado muy bien con Rodrigo, en el plató teníamos mucha complicidad. Él tiene una gran vocación de actor y en realidad es aún más locuaz que en la película', dice. Para Maura, uno de los grandes aciertos de Valentín es la narración en voz en off que hace el niño durante toda la película. 'Es muy difícil para un actor no resultar monótono y Rodrigo lo consigue gracias a Agresti, que es muy listo', añade.
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