Vocación en ejercicio
Docentes jubilados de Almería crean una asociación para transmitir su experiencia a las nuevas generaciones
Hay trabajos de los que uno no acaba de retirarse nunca, sobre todo si se llegó a ellos como respuesta a una sólida vocación que logra minimizar cualquier obstáculo. Uno de esos trabajos es el de docente. Y uno de los ejemplos de que ni la jubilación puede con quienes dedicaron su vida al hermoso oficio de instruir a los demás lo conforman un grupo de maestros y profesores que han creado en Almería la primera asociación registrada en España de docentes jubilados de todos los niveles educativos. Una asociación abierta a cualquier docente jubilado, de Almería o de la provincia, de centros públicos o de centros privados, jubilados en un año o en otro...
La idea de crear la Asociación de Docentes Jubilados de Almería (Adojal) nació en la última comida de convivencia en la que se citaron los profesionales de la enseñanza almeriense que se habían jubilado en el año 2000. 'Surgió un poco por azar, como pasa muchas veces con las decisiones importantes de la vida', explica Convadonga Grijalba, inspectora de Educación y, durante los diez últimos años de su vida laboral, profesora también a tiempo parcial de Filología Francesa de la Universidad de Almería.
Covadonga Grijalba es la presidenta de esta asociación a cuya primera asamblea acudieron más de cien profesionales. Ella explica en qué consiste el objetivo principal de Adojal: 'Queremos ser, fundamentalmente, una asociación cultural. Eso no significa que nos olvidemos del aspecto recreativo pero nuestra intención es, sobre todo, poder poner al servicio de los demás nuestra experiencia porque creemos que estar jubilado no significa quedarse aparcado'.
Para cumplir con sus objetivos fundacionales ya planean organizar charlas, encuentros con los docentes que están actualmente en ejercicio, viajes culturales, actos deportivas... y un largo etcétera de actividades. Con todo ello las pretenden ahuyentar el arrinconamiento al que se resignan algunas personas una vez que se convierten en jubilados y, a la par, evitar que caiga en saco roto una experiencia profesional y personal que, como media, es de 40 años de trabajo. Los promotores de la asociación fueron nueve personas. Entre ellas, además de Covadonga Grijalba, se encuentran Miguel Fernández, presidente de la comisión gestora de Adojal, y Juan González, vocal de organización.
Miguel pasó 40 años en las aulas antes de incorporarse a ese grupo, cada vez mayor, de personas que entienden la jubilación en su sentido etimológico. Es decir, como sinónimo de júbilo, como etapa para disfrutar y seguir dando. Juan cesó en su actividad laboral tras dedicar 35 años a los estudiantes, primero como maestro, después como profesor de instituto.
Los tres saben que, tanto a ellos como a otros muchos docentes ya fuera de servicio, les queda mucho por decir. Y es que, tal y como explica Covadonga Grijalba, el perfil de los jubilados ha cambiado mucho de una parte a este tiempo. 'Antes la gente se jubilaba a los 70 años. Hoy te puedes jubilar con 60 años y sigues siendo válido para muchas cosas. Los docentes que se jubilan siguen cumpliendo un importante papel social, algunos en temas de voluntariado, otros ayudando en casa al ocuparse de los nietos, pero eso al final te desliga de lo que has sido en tu profesión y nosotros lo que pretendemos con la asociación es que no se produzca esa ruptura', explica la presidenta de esta asociación.
Adojal, que cuenta con el respaldo decidido de la delegación almeriense de Educación, espera que otras provincias andaluzas sigan su ejemplo. Eso supondría sumar fuerzas para demostrar que los docentes siempre estarán en la brecha, aunque estén jubilados. Y es que ante la vocación no cabe retirada. Siempre quedan ganas de aprender y cosas por enseñar.
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