Gran calidad a precio razonable

Hacía tiempo que las tablas de una pequeña sala de conciertos de Madrid no temblaban bajo el aullido sónico de un trío de rock tan furioso. Danko Jones bebe directamente de las fuentes del blues y el soul, electrificándolos al voltaje del punk, pero sin hacerles perder nunca su meollo sensual y sexual. Este trío canadiense tiene como solista y protagonista indiscutible a un cantante de rasgos bellos y negroides y energía tremenda, que recuerda la fiera resolución personal de un Henry Rollins, que parece una versión desmadrada de Marvin Gaye, que toca la guitarra de manera frenética con dejes de Jimmy Hendrix y que lanza consignas tan encendidas como 'el micrófono no se hizo para susurrar, sino para gritar'. El concierto de este terceto en Madrid, a sala llena, resultó una agradable exhibición de riffs guitarreros, espléndida conjunción de base rítmica y canciones con mensaje combativo, pero positivo, pertenecientes a los dos únicos discos del grupo hasta el momento: I'm alive and on fire y el reciente Born a lion, disco que tiene todas las trazas de convertirse en álbum de culto para todos los aficionados al rock. Entre los temas interpretados cabe resaltar Sugar chocolate y Sound of love, canciones en las que el amor está recubierto del húmedo sudor de la tensión sexual; y Play the blues, en la que el grupo se muestra como firme candidato a la sucesión de Jon Spencer Blues Explossion. En la relación precio-calidad del espectáculo, rasero por el que también deben regirse los conciertos de música, podría decirse que Danko Jones ofrece muy buena calidad a precios muy razonables. Su público puede estar satisfecho.