_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | Octava jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La heroica salva al Athletic

Dos goles postreros de Etxeberria y Urzaiz doblegan a un Celta huidizo y vulgar

La heroica, el último recurso del fútbol, es para el Athletic, hoy en día, el primero, el único. Se trata de invertir los papeles. Por ejemplo, que el público que llenó San Mamés al dictado del presidente, sea más importante que el equipo o que el entrenador, aunque sea un lujo; que Arriaga, un chiquitín casi juvenil dispute un balón de cabeza en un saque de esquina y propicie -rebotes de por medio- el tanto del empate de Etxeberria; que Javi González, vilipendiado por Heynckes por su intercambio de camisetas con Aimar, tras el oprobio de Valencia, se convierta en el emblema de la raza que hace años se echa en falta en San Mamés.

No hay lógica en el Athletic. Pero algo queda de la heroica. Quince minutos, no más, porque el carácter de los chicos rojiblancos no da para muchas alegrías.

ATHLETIC 2| CELTA 1

Athletic: Lafuente; Javi González, Lacruz, Murillo, Larrazabal; Vales (Alkiza, m. 64), Gurpegui; Etxeberria, Tiko (Arriaga, m. 77), Yeste (Urzaiz, m. 45); y Ezquerro. Celta: Cavallero; Méndez, Cáceres, Berizzo, Sylvinho; José Ignacio, Luccin, Giovanella (Doriva, m. 71); Edú (Juanfran, m. 61), Jesuli, (Coudet, m. 86) y Catanha. Goles: 0-1. M. 33. Centro larguísimo de Berizzo al borde el área donde mete la cabeza Edu y soprende a un despistado Lafuente. 1-1. M. 81. Saque de esquina que culmina Etxeberria tras una sucesión de rebotes. 2-1. M. 90. Saque de esquina que efectua Javi González y Urzaiz supera la oposición de Berizzo para cabecear a la red tras golpear el balón en el larguero. Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Murillo y Larrazabal, en el Athletic, y a Doriva y Berizzo, en el Celta. Unos 38.000 espectadores en San Mamés.

Más información
La desidia tumba al Athletic
La Copa acorrala a Heynckes

El Athletic, futbolísticamente, está muerto. Pero el Celta se encuentra convaleciente, muy lejos de aquella lucidez sin títulos que encandiló al personal futbolístico por su culto al espectáculo.Ayer, no sólo se alejó del fútbol vistoso, sino que demostró una candidez tan infantil que acabó aquejando a hombres hechos y derechos como Berizzo o Cáceres, acogotados por la simple presencia de Urzaiz. El gol de la victoria rojiblanca, en el minuto 90, fue el resumen del espectáculo. Berizzo, un central con hechuras, sabiondo y sobrado, decidió entregar todo su poderío en un saque de esquina al viejo recurso de agarrar de la camiseta a Urzaiz para impedir su remate. Una actitud de juvenil acobardado, que se alía con el acogotamiento de los árbitros en la áreas para frenar a un futbolista corpulento. De la camiseta nadie ha tumbado a Urzaiz -a alguno de los que le han agarrado del cuerpo los ha levantado del suelo- y el delantero navarro clavó el balón en la red con un suave golpe de tupé. Ni se enteró de que llevaba la camiseta por fuera cuando se la quitó, la lanzó al público y se fue a festejar el gol con los aficionados.

Y hay quien dice que no había crisis. La Copa de Europa no hubiera merecido una celebración más sentida que la de la victoria rojiblanca ante un Celta que no es ni sombra de lo que fue hace bien poco.

Tres goles, tres ocasiones, si se puede llamar ocasión al ejercicio absurdo del Athletic en el gol del Celta: centro de Berizzo desde la defensa y cabezazo de Edú al borde del área con la compañía solidaria de Larrazabal y el acompañamiento sentimental de Lafuente, qué echó a correr cuando el balón buscaba la red.

El gol retrataba al Athletic y al Celta, que en la primera mitad habían dejado el folio de las ocasiones en blanco y el del fútbol en suspenso, consiguiendo acallar a un público que había venido preparado para la ocasión. En el campo había un solo futbolista que sabía su oficio, Giovanella, capaz de frenar su área de juego y de buscarle las cosquillas a la debilísima defensa rojiblanca.

Fútbol no había. Sólo detalles, forcejeo, minimalismo en el centro del campo, equipos aguerridos pero ingratos para el espectador. Por eso se fue el primer tiempo con un gol en una rifa y un aburrimiento supino que a punto estuvo de soliviantar al respetable público de San Mamés. Y al fin llegó la heroica. Lotina retiró a Giovanella y el Celta se derrumbó como los naipes. Urzaiz intimidó a la defensa céltica, presuntamente experimentada, pero cohibida, Etxeberría encontró el empate tras una sucesión de rebotes y después, al límite, como en los viejos tiempos, Urzaiz encontró el flequillo perfecto para arruinar el prestigio de Berizzo y del Celta y proporcionar al Athletic la primera victoria desde marzo en San Mamés, aunque futbolísticamente siga muerto.

Luccin se escapa de Tiko.
Luccin se escapa de Tiko.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_