Warhol tiene razón

En la estela de uno de sus anteriores libros, Imágenes del hombre: Fundamentos de estética, el profesor José Jiménez, catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, pone en orden los aspectos centrales de la transformación sufrida por el concepto y la práctica del arte en las últimas décadas.

Partiendo de la idea original del arte como tecné, que está en la cuna de la cultura europea, y siguiendo los distintos hilos genealógicos que alimentan las principales nociones intervinientes en la idea contemporánea de arte, el profesor Jiménez reconstruye, en Teoría del arte, la unidad conceptual que mantiene relacionadas la experiencia estética, la creación artística y la crítica de arte, poniendo especial acento en el estatuto y la función de la imagen que, como observa repetidas veces en el libro, están ligadas a la formación y desarrollo de nuestra cultura. Unas veces, el estudio de esos hilos conductores lleva a Jiménez a analizar el problema de la forma y la representación de esa forma, y otras, el fin o el papel que el arte tiene y ha tenido en nuestra sociedad. En este terreno, el profesor Jiménez se declara opuesto al historicismo, aunque el libro comienza por el examen de las nociones de la estética en su contexto griego originario, pasa después a la consideración del sistema moderno de las artes a partir del Renacimiento y, más tarde, analiza la crisis del academicismo que lleva a la eclosión de las vanguardias. La novedad de este enfoque tradicional es la tentativa de Jiménez de abordar el análisis de los efectos profundos generados por las nuevas tecnologías -ligadas al procesamiento y elaboración de imágenes- en la idea que nos hacemos del arte y, sobre todo, en la práctica y la crítica del arte, asunto que el autor aborda en los últimos dos apartados, los más interesantes del libro puesto que aquí Jiménez se ocupa del arte más actual y de sus tendencias futuras.

Jiménez no elude la consideración crítica del llamado 'mundo del arte', aunque no hace hincapié en ella y, en cambio, se muestra entusiasmado con las perspectivas que se abren para la expresión y las experiencias artísticas a partir del surgimiento de las nuevas tecnologías que, afirma, conlleva un 'replanteamiento radical de los usos y funciones de la técnica' y, más aún, la 'posibilidad [...] de un uso creativo individual de la tecnología'.

Cabe resaltar su prudencia a la hora de hacerse eco de algunas condenas suscitadas por el arte contemporáneo. Me refiero, concretamente, al arte desde Warhol en adelante. A menudo, la descalificación desaforada del arte de hoy, cuando no demuestra mera ignorancia, revela puro anacronismo. Nada más lejano al enfoque de este libro. La amplia experiencia acumulada por el profesor Jiménez en su labor académica ha tenido que ver con ello y se deja ver en este libro ponderado y sólido, abocado a la difícil tarea de cubrir el vacío de una genuina teoría del arte de nuestro tiempo.