El faro de Al-Ándalus
Analistas de tres continentes destacan a Granada como ejemplo de convivencia
¿Qué tiene una ciudad como Granada que puede poner de acuerdo a gentes de Estados Unidos, Egipto, Gran Bretaña, Túnez, Malaisia, Irán, Marruecos o Francia en unos tiempos en que se habla de choque de civilizaciones y de enfrentamiento de culturas? La respuesta es su pasado. La forma en que, entre los siglos XIII y XV, las tres principales religiones monoteistas (judaísmo, islam y cristianismo) convivieron bajo el amparo de Al-Ándalus. Y, pese a los roces que pudo haber entre ellas, el esplendor de esa convivencia fue tal que hoy es ya una referencia. Así lo reconocieron los periodistas, políticos y analistas internacionales que durante varios días participaron en las jornadas: Diálogos: Mundo islámico-Estados Unidos- Occidente. Su reflexión: Al-Ándalus sentó las raíces del pluralismo de hoy.
'Granada es un símbolo no sólo de un periodo de coexistencia entre tres civilizaciones, sino también de una gran expansión cultural e intelectual', explica el organizador del congreso, Mustapha Tlili, un estadounidense de origen tunecino, fundador y director de las jornadas y miembro del Instituto de Políticas Mundiales de la New School University de Nueva York. 'En Al-Ándalus, las civilizaciones no chocaron, sino que convivieron juntas y crearon la esperanza de que eso puede volver a suceder'.
Las jornadas, en las que han estado presentes personajes como la baronesa Nicholson de Winterbourne, vicepresidenta del Comité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Mohamed Talbi, profesor emérito de la Universidad de Túnez, el escritor Richard Bulliet o Hodjetulsilam Sadek Larijani, miembro del Consejo de Guardianes de Irán, estaban dirigidas a analizar la situación mundial sobre la percepción que hoy Occidente, y Estados Unidos en concreto, tiene del mundo musulmán. Bajo la pregunta '¿Choque de civilizaciones o choque de percepciones?' se debatía en realidad que, más que un enfrentamiento real entre culturas, lo que existe hoy es un gran desconocimiento del mundo islámico, desconocimiento que se llena de estereotipos, tópicos y prejuicios. 'Es ahí donde España', afirma Tlili, 'juega un importante papel como vínculo entre el mundo islámico y occidente. Ambos lados pueden mirar a España como un gran referente'.
'La elección de Granada como sede de este encuentro', explicaba hace unos días Jerónimo Paéz, responsable de El Legado Andalusí, co-organizador de las jornadas, 'se debe a que por su historia y su situación geográfica debe jugar el papel de puente entre oriente y occidente que ya jugó en su momento'. Para los participantes en Diálogos hay una lección que no debe olvidarse: si en Al-Ándalus fue una vez posible la paz entre civilizaciones, esa paz puede volver a repetirse.
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