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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Museo Picasso

Emotivo y vibrante el artículo de Carmen Calvo, consejera de Cultura, en el que se felicita por la apertura del Museo Picasso de Málaga dentro de un año. Muy conseguido el efecto de retrotraernos al pasado, a la infancia de Picasso, y acompañarlo por las calles de Málaga hasta lo que sería su futuro museo. Pero me va a permitir la señora Calvo utilizar la misma licencia poética y situar hoy en día al niño que abría los ojos al mundo 'en este otoño malagueño'.

En primer lugar, el niño Pablito no se hubiera podido levantar de la cama para acompañar a su padre al Museo Municipal: la noche anterior los bares de copas que tienen sitiada su casa en la Plaza de la Merced y el resto del centro han estado poniendo música (con licencia para hacerlo o no, eso qué importa) hasta el amanecer, sin respetar el horario establecido (por la Junta de Andalucía) y sin que a ninguna autoridad parezca importarle demasiado. Ya de mañana, su padre (con cargo de conciencia, porque sabe que en su casa es imposible descansar) ha logrado arrancarlo de la cama y llevarlo al Museo con ojos cansados y hastiados (¡los ojos de Picasso!). Irán zigzagueando por las calles, como dice la consejera, pero no debido a los recovecos y esquinas sino porque ambos tienen que sortear vomitonas, botellas rotas y ríos de orines debidos a un fenómeno que (el Picasso de la historia de Calvo no lo sabe) en el futuro se llamará botellón, engendro insolidario visto con indulgencia franciscana por Ayuntamiento y Junta. Por último, cuando llegue ante la fachada del Palacio de Buenavista, Pablito se quedará fijo ante él, pero no por la magnificencia del edificio, sino porque sus zapatos se habrán quedado pegados al suelo por el mejunje de alcohol y orines.

Señora consejera, permítame por último una observación más terrenal y práctica: los futuros visitantes del museo no sólo buscarán pinturas, buscarán las calles y las plazas de Picasso y no las encontrarán. ¿Cómo se lo explicaremos? ¿Cómo se dirá en japonés botellón?

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