La compañía canadiense La La La Human Steps estrena en Italia su nuevo montaje, 'Amelia'
La crítica italiana lo ha definido como una versión neurótica del tema de Romeo y Julieta, quizás por el paroxismo escénico de los bailarines. Lo cierto es que Amelia, el último ballet del grupo canadiense La La La Human Steps, provocó desconcierto en el teatro Argentina de Roma, donde se estrenó el viernes, en el marco del Romaeuropa Festival. La coreografía de Edouard Lock, creador y alma de este grupo de danza surgido en 1980 en Canadá, pretende descomponer los pasos tradicionales del ballet clásico introduciendo en ellos un ritmo frenético hasta hacerlos 'impuros'. Las cinco bailarinas, vestidas con bodies negros que dejan al descubierto las piernas musculosas, y los cuatro bailarines en traje de calle se mueven al ritmo de una música sugerente, creada por David Lang e interpretada en escena por cuatro músicos: un pianista, un violinista, violonchelista y una vocalista.
Pero si los temas musicales, variaciones sobre un tema breve infinitamente repetidas, ejercen una seducción casi anestésica, los pasos de baile, algunos excepcionales hallazgos coreográficos, se hacen demasiado obsesivos y brutales. No es casual que la 'inspiración' de todos los temas parta del vídeo, proyectado en una pequeña pantalla que sube y baja en el centro del escenario, de una muñeca bailarina, mecánica y anónima.
Exploración
'Empecé a explorar la danza sobre las puntas de los pies en 1987, en el espectáculo Bread dances, dice Lock en el programa de Amelia. 'La técnica clásica subraya y refuerza la ilusión de la forma y la línea, creando una representación gráfica del cuerpo. Añadiéndole 'impurezas' como la velocidad, la complejidad y diversas interferencias (demasiada o poca luz, silencio o intensidad sonora), se obstaculiza la representación 'pura del cuerpo'.
Este ballet impuro indaga en las posibilidades expresivas de los movimientos 'feos', pero no renuncia a la belleza, que se derrama por todas partes en la danza de los nueve bailarines sobre el escenario.
Babelia
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