'La 'Demencia' tiene razón: no somos el primer equipo de Madrid'
Javier Imbroda, su técnico, reconoce las múltiples carencias del Real Madrid actual
'¿Quién me mandaría meterme en esto, verdad?'. Javier Imbroda (Melilla, 1961) pone buena cara al mal tiempo y se ríe a carcajadas cuando se le recuerda lo tranquilo que vivía como seleccionador nacional, una situación bien diferente a la que sufre desde que dirige al Real Madrid, cargo en el que no para de acumular disgustos. Su reflexión sobre el estado de un equipo bajo mínimos le lleva a afirmar que el club debe olvidar su pasado, con el que, subraya, 'no se ganan partidos'.
'Hay que tener el coraje de entender que evocar la historia diariamente no lleva a nada' comenta; 'venimos de una etapa gloriosa y el baloncesto mundial le debe mucho al Madrid. Pero ese Madrid con el que todos crecimos no existe. Ya está bien de apelar al pasado. Aquella etapa terminó hace años. No seré yo quien esconda la realidad'.
No le asusta haberse convertido en el primero que pone en solfa la grandeza de un equipo que ha ganado una Liga en siete años y una Copa de Europa, la octava, en 22: 'No es incompatible respetar la sala de trofeos de este club y tener aspiraciones. ¿Cómo hacer un conjunto nuevo y mantener la ilusión por ganar? Pues creciendo desde el error. Se habla de fracaso por perder ante unos polacos. Tengo mucho respeto a la palabra fracaso. Fue una decepción en un encuentro que desnudó nuestras carencias. Hemos de aprender a disfrazarlas desde una fe casi religiosa'.
'Somos capaces de vivir fases brillantes y otras en las que nos ausentamos', continúa Imbroda; 'hemos jugado ocho partidos oficiales y ganado cinco. Lo anormal no es eso. Lo anormal habría sido ganarlos todos. El Madrid es un equipo terrenal. No es divino ni de otra galaxia. Vamos a despojarnos de una vez de esa parafernalia simbólica que nos acompaña porque Corbalán ya no juega aquí. Somos el Madrid, sí, pero tenemos que sufrir para ganar. Al que no lo quiera ver así y evoque la época de Corbalán le diré que se abone al canal de televisión del Madrid y disfrute viendo los partidos de entonces. Somos conscientes de lo que somos, pero queremos hacer algo grande. Ese debate existe en el club y se trata de encontrar el camino, el criterio, una idea, una filosofía que se instale y perdure'.
El Madrid es un aspirante, nada más. Y, a día de hoy, no de los más cualificados. Ése es el juicio de Imbroda sobre un equipo que tiene que acostumbrarse a sufrir: 'Ya no existe ese Madrid que era un grupo de amigos que se reunían un día y ganaban por 30 puntos. Eso acabó hace tiempo. Y todavía los hay que siguen pensando que no. Si queremos ser grandes, tendremos que sufrir. Y no todos en la plantilla son Lucio Angulo. Somos un equipo blando en la defensa, autista a veces. Más de una vez he tenido que recordar a la gente que esto es el Madrid'.
¿A Hawkins, quizá? ¿A Digbeu? El Madrid cuenta con varios jugadores que parecen menores, cuyos números dan grima. 'Pero son de equipo, no de números', les defiende Imbroda; 'para que ellos destaquen, el equipo tiene que estar bien. Tienen el talento que tienen y ya está. Dentro del mercado que había, lo mejor que podíamos contratar, a buen precio, era Hawkins, un jugador correcto, pero que no te soluciona la papeleta él solo. Intentamos fichar a Bodiroga. Y a Sabonis. Y a algún base importante. Pero era inviable económicamente. ¿Sabe una cosa? Durante muchas semanas me ofrecieron a Bennett. Y lo hicieron con una insistencia fuera de lo normal. Yo me preguntaba: '¿Por qué existe ese interés en que el mejor base de la Liga salga de su equipo?'. Me escamaba. La respuesta está en cualquier partido del Tau: Bennett, vestido de paisano, lesionado'.
El Madrid baloncestístico no tiene Zidanes -'están todos en la NBA'- y no encuentra Pavones en sus categorías inferiores. Lo que sí hace, y de qué manera, Estudiantes: 'Porque Estudiantes está por encima del Madrid ahora mismo. Eso que dice la Demencia de que son el primer equipo de Madrid..., pues es verdad. Por historia y por palmarés, no. Pero, al 28 de octubre de 2002, Estudiantes está por encima del Madrid. Estoy de acuerdo con la Demencia. Pero que conste que Felipe Reyes sigue en Estudiantes porque le han pagado un dineral. No nos engañemos: ya no es el hermano pobre de nadie'.
Decía Lucio Angulo que, en los malos momentos, en sus ojos se lee descaradamente el miedo al fracaso. 'Convivir con la camiseta del Madrid es bonito, pero no es fácil. ¿Presión? Me río de esta presión. Presión tiene el que vende La Farola en un semáforo. Ése, sí. ¿Yo, presionado? ¿Por qué? ¿Porque no jugamos bien, por el fracaso, por el entorno? ¡Venga ya! Cuanta más presión, cuanta más hostilidad, mejor. Y a los jugadores les digo: divertiros, porque esto es una gozada. Pero, de momento, no me hacen caso', concluye Imbroda.
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