El alcalde de Sant Feliu denuncia que el desvío del tranvía favorece al Barça
La parada propuesta por la ATM coincide con la zona deportiva del club
Àngel Merino, alcalde de Sant Feliu de Llobregat, está preocupado por el futuro del tranvía. Detrás del anuncio de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) de congelar la llegada de la línea a su población ve 'poderes fácticos'.
'La modificación que propone no la ve clara nadie. No hay motivos técnicos, luego tienen que ser políticos, presiones de poderes fácticos', explica. Y al pedirle concreción señala al propietario de los terrenos colindantes con la parada: el Barça.
La obra licitada prevé la entrada del tranvía en Sant Feliu, con dos paradas, una de ellas en la estación de Renfe. La ATM propuso hace unos días que no se hiciera este tramo y que se desviara el tranvía hacia Sant Joan Despí, hacia donde estará la futura zona deportiva del Barça, aduciendo que Sant Feliu lo había pedido.
'Falso. Nosotros sólo hemos pedido que una parte de la obra se haga al mismo tiempo que el soterramiento de la vía del tren porque coincide en el trazado. El resto se puede hacer ya sin ningún problema. Lo que no puede hacerse es desnudar a un santo (Sant Feliu) para vestir a otro, en este caso, el Barça. Esto es un montaje'.
Y detrás del montaje sólo puede estar una autoridad política capaz de dejarse presionar. Merino apunta directamente al Gobierno catalán: 'El tándem Puig-Ventura'. El primero es Felip Puig, consejero de Política Territorial y presidente de la ATM; el segundo, Francesc Ventura, director general de la Autoridad del Transporte Metropolitano.
Àngel Merino aduce, a favor del tranvía hasta Sant Feliu, que su población tiene la estación no central de Cercanías con mayor aporte de usuarios, con unos 12.000 diarios, más 2.000 personas que utilizan diariamente el autobús.
'La zona servida por la primera parada del tranvía, la que decimos que se puede hacer ya mismo', explica, 'coincide con dos nuevas urbanizaciones donde vivirán unas 7.500 personas. Tienen por lo menos tanto derecho al tranvía como el Barça'. Además, sugiere, la prolongación de la línea hacia Molins y Sant Vicenç exige el paso por Sant Feliu, donde, quizá, convendría pensar en que diera servicio al polígono de El Pla, de cuatro kilómetros de longitud y 5.000 trabajadores y sin transporte público.
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