El fiscal del juicio del incendio del Berguedà pide que se traslade a la Audiencia Provincial
El primer juicio para dirimir responsabilidades sobre el gran incendio forestal de 1994 que afectó las comarcas del Bages y del Berguedà, el más importante que sufrió Cataluña durante el pasado siglo, se inició ayer, pero quedó en suspenso poco después.
El juez Luis Rivera suspendió la vista hasta mediados de la próxima semana para atender la petición del fiscal, Ramon Menac, que ha solicitado que el juzgado manresano se inhiba en este caso a favor de la Audiencia Provincial, una medida con la que están en desacuerdo la mayoría de abogados de la acusación. Dos de ellos se oponen a la medida porque supone una dilación de la resolución de un caso que está pendiente de juicio desde hace ocho años.
En la vista de ayer no se juzgaba la responsabilidad sobre la totalidad del incendio, sino sobre las 20.000 hectáreas de bosque que ardieron en la comarca del Berguedà. El incendio de la Cataluña central, en su conjunto, arrasó unas 45.000 hectáreas de bosques y zona de campos y matojos, pero tuvo como mínimo dos focos de inicio: uno en Sant Mateu de Bages, sobre el cual aún no se ha celebrado ningún juicio porque no se ha podido concretar la acusación, y otro en Gargallà, núcleo del municipio de Montmajor (Berguedà), donde los vecinos aseguran que el incendio se produjo al caer un cable de baja tensión de la compañía eléctrica Fecsa que estaba chispeando.
El juicio de ayer era sobre este incendio, que afectó a unos 150 propietarios forestales, por los que se reclaman más de 15 millones de euros, y en el que perdieron la vida dos personas en Casserres. El único imputado es el responsable de mantenimiento de la compañía Fecsa, Llorenç Villalonga.
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