Viviendas de lujo

Cuando los alquileres dejaron de desgravar hace unos años a los que los pagábamos, pensé, como otros, que una cuenta vivienda era una buena opción. Pronto me cumplirá el plazo de la cuenta y tendré que devolver lo desgravado pagando una penalización adicional, salvo que a algún ministro se le ocurra prorrogar dichas cuentas, dadas las nuevas circunstancias.

Los pisos casi han duplicado sus precios y ya escapan a mis posibilidades.

La vivienda se ha convertido en un bien de lujo para muchos, por ejemplo para los trabajadores del sector público, como yo, con un sueldo semicongelado desde hace años. Los destinos variables me han impedido comprar antes de la hiperinflación inmobiliaria.

Seguramente repito mucho de lo que se ha empezado a leer los últimos días, pero es que los que nos gobiernan no se enteran, atareados como están salvando la unidad de España, y creo que pueden hacer algo más para atenuar la ferocidad del mercado. La única solución no es bonificar a los mismos que han contribuido a inflarlo, desgravándoles los ingresos por alquiler ahora que, si estalla la burbuja, a lo mejor ya no pueden revender. La culpa no es de ustedes o el problema no existe: señores, hagan algo más o váyanse, que, de oída, la táctica ya cansa.