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Málaga, la asignatura pendiente de la izquierda

El PP confía en revalidar sin Celia Villalobos una mayoría absoluta que consiguió a costa de una altísima abstención

Las elecciones municipales de 1999 tuvieron en Málaga dos vencedores: Celia Villalobos, que logró con holgura su ansiada mayoría absoluta después de gobernar en la anterior legislatura, y la abstención, nada menos que un 48,5%. La primera ya no está; cedió los trastos, 11 meses después de arrasar en las urnas, a Francisco de la Torre cuando José María Aznar la llamó para que se hiciera cargo del Ministerio de Sanidad y Consumo.

La segunda, en cambio, tiene que volver a examinarse y es el punto de partida desde el que todas las formaciones políticas trazan sus cábalas sobre la suerte que les puede deparar las urnas el 25 de mayo de 2003.

La abstención jugó entonces claramente en favor del PP, pero no caprichosamente. Hubo un castigo severo del electorado al desencuentro que Izquierda Unida (IU) y PSOE protagonizaron durante cuatro años (1995-1999) y que permitió al PP gobernar la ciudad pese a que carecía de la mayoría suficiente del pleno. Los números lo cantan, IU perdió en ese período 55.000 votos, cinco veces más que los que ganaron sumados PSOE y PP. Desde entonces Málaga es una asignatura pendiente para la izquierda, que gobernó la ciudad entre 1979 y 1995.

El alcalde, Francisco de la Torre, encabeza por primera vez la candidatura del PP

Este análisis es ahora argumento de optimismo para las dos formaciones de izquierda, convencidas de que aquellos votos que desaparecieron en 1999 les pertenecen y de que el 25 de mayo de 2003 volverán a encontrarlos en las urnas.

Pero la política está lejos de ser una ecuación matemática. Y a eso apela el PP. 'El electorado va a valorar ahora una situación diferente, hay una seriedad y un cumplimiento, y en Málaga, que ha llegado tarde a muchas cosas, se están terminando por fin proyectos que eran necesarios', argumenta el secretario provincial del partido, Joaquín Ramírez. Y por eso mismo, dice también no inquietarle que sea la primera vez en que De la Torre, vaya a encabezar la candidatura del PP. 'Es el alcalde que está haciendo realidad esos proyectos', asegura Ramírez, y recuerda que va a cumplir dos años y medio al frente de la alcaldía y que durante los cinco anteriores fue concejal de Urbanismo, circunstancias que le garantizan un elevado grado de conocimiento por parte del electorado. Entre los proyectos que el PP cita en su haber está el palacio de ferias y congresos, el centro de arte contemporáneo, o la reordenación de La Coracha, que el presidente de los populares considera 'transformadores de la ciudad'.

Visión bien distinta tiene la oposición, que encuentra en la gestión urbanística el flanco más débil del PP. 'Los populares han puesto en venta la ciudad', asegura la candidata socialista, Marisa Bustinduy. Cita, entre otros casos, el convenio urbanístico con Altadis, recalificaciones como las de la finca Soliva, el monte San Antón, o los terrenos rústicos de Puerto de la Torre para una urbanización geriátrica, y los pone de ejemplo de la 'primacía de los intereses económicos de particulares'.

IU alega además las numerosas parcelas que el consistorio ha vendido a precios elevadísimos, hecho al que atribuye una de las principales causas del desmesurado incremento del precio de la vivienda. Las dos formaciones de oposición coinciden en tachar de 'escandalosa' la situación creada por las condiciones en que se adjudicó el servicio de la limpieza y la carga que el ayuntamiento se ha echado de correr cada año con el coste de las mejoras introducidas en el convenio colectivo.

Tampoco teme Ramírez que el PP, que empieza a sufrir el desgaste propio de quien lleva seis años gobernando, vaya a perder apoyo sustancial en Málaga por sustituir una candidata tan populista como Villalobos por el perfil opuesto de la moneda. 'El electorado va a valorar virtudes muy diferentes y ofrecemos una gestión transparente y clara', razona. Considera además que De la Torre tiene un talante similar a Pedro Aparicio, el ex alcalde socialista que gobernó 16 años y a quien asegura que los malagueños 'adoraban'.

La tranquilidad, al menos en apariencia, del PP se fundamenta además en dos encuestas realizadas por Europa Corporación de Gestión y Test comunicación en febrero de 2001 y junio de 2002, respectivamente, en las que mantiene sus 19 concejales. En la más reciente, el 36% de los 1.200 encuestados estima buena la gestión del gobierno municipal, y el 5% muy buena; mientras que la suma de calificaciones de mala y muy mala asciende al 19%.

Un sondeo de la empresa Inner para el PSOE de Málaga equipara estas proporciones. El 40% de los malagueños aprueba la gestión de De la Torre, frente al 37% que la suspende.

Según esta misma encuesta, la vigilancia y seguridad en las calles constituyen el principal problema que los malagueños detectan en la ciudad, seguido del empleo, la educación, los centros sanitarios, la limpieza de las calles, y el precio de la vivienda. Pero esta última cuestión representa, junto a los atascos de tráfico y el aparcamiento, los problemas que los malagueños estiman más han empeorado en los últimos dos años.

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