Un paso atrás

Las empresas estadounidenses mostraron ayer que el proceso de recuperación de la economía, de haberse iniciado,va a ser largo e irregular. Sociedades como Coca-Cola e Intel mejoraron sus beneficios, pero quedaron por debajo de las previsiones, algo que el mercado no tolera fácilmente, al tiempo que Motorola revisó a la baja sus expectativas de beneficios y ventas. Los bancos de negocios tampoco ayudaron y JP Morgan anunciaba una caída del 91% en sus beneficios y 2.000 nuevos despidos, mientras que Merril Lynch mejoraba sus ganancias gracias al cobro de seguros tras los sucesos del 11 de septiembre.

Para los inversores, esta retirada de beneficios entra dentro de toda lógica y hasta puede decirse que se ha retrasado en un par de sesiones, tal y como están las cosas, por lo que el interés está centrado más en la posible capacidad de resistencia de los índices, todos ellos en niveles psicológicamente importantes, que en un recorte puntual.

El Ibex 35 cedió el 0,41% tras superar los 6.000 puntos en algunos momentos de la sesión, con el resultado más plano de toda Europa. París bajó el 0,59%; Londres, el 1,76%, y Francfort bajaba el 1,30% minutos antes del cierre. En esos momentos Wall Street perdía el 2,53%.

Los mercados europeos consiguieron mantener sus niveles de referencia, si bien esto depende más del comportamiento de Wall Street que de los esfuerzos propios. Londres mantenía los 4.000 puntos, y París y Francfort, los 3.000, lo que, de momento, permite mantener algunas expectativas sobre la inmediata capacidad de maniobra de estos mercados. El verdadero interés residía ayer en la posibilidad de que Wall Street mantuviera el nivel de los 8.000 puntos en su índice Dow Jones de valores industriales, algo que conseguía a duras penas a media sesión.

La contratación en el Mercado Continuo fue de 1.571,09 millones de euros, una cifra baja para los constantes vaivenes de la jornada.