Bush sigue sin lograr avances en la ONU para atacar a Irak
Poco se ha movido en el Consejo de Seguridad desde que el régimen de Sadam Husein anunciara hace un mes la readmisión de los inspectores de la ONU. Las discusiones entre los cinco miembros permanentes y con derecho de veto apenas han logrado resultados: Estados Unidos y Reino Unido no convencen a Francia, Rusia y China en la necesidad de adoptar una resolución que autorice el uso de la fuerza contra Irak.
Después de lograr el respaldo del Congreso de su país, el presidente estadounidense, George Bush, concentrará ahora sus esfuerzos en la ONU. 'Esperamos un texto [de EE UU] esta semana o la que viene', aseguró un diplomático europeo. 'Debemos empezar a debatir el asunto, de lo contrario se creará un sentimiento de frustración', dice. Pero ese sentimiento ya existe tras infructuosas discusiones entre los cinco miembros permanentes de cómo dar legalidad internacional a las intenciones militares de Washington.
EE UU y Reino Unido quieren una resolución que advierta de las 'serias consecuencias' o que incluya 'el uso de la fuerza' (las fórmulas que se están barajando en los últimos borradores) si Irak se resiste a las inspecciones. Francia, China y Rusia rechazan aprobar un texto que otorgue a Bush la libertad de apretar el gatillo cuando él quiera. Estos tres países proponen dos resoluciones: una, que refuerce el mandato de los inspectores, y otra, que autorice represalias militares en caso de un incidente o el fracaso de la misión de desarme.
Divisiones en EE UU
El Gobierno de Bush, dividido por la pugna entre el Departamento de Estado y el Pentágono sobre la relevancia de la ONU, no desea dejar en manos del Consejo la decisión final. Francia asegura que si hay unanimidad en la primera votación debería haberla en la segunda, y que la aprobación de un ataque puede lograrse en 24 horas. París no ha llevado su oposición hasta el extremo de presentar un texto alternativo; prefiere que todo se discuta entre bastidores.
'Los franceses tienen algunas ideas. (...) Las conversaciones son intensas; espero que podamos hallar una solución', se limitó a decir ayer el secretario de Estado, Colin Powell, tras reunirse con su homólogo británico, Jack Straw.
Hay otras cuestiones. Cuando el jefe de los inspectores, Hans Blix, se entrevistó con Powell, hace casi dos semanas, presentó tres objeciones a la idea estadounidense de endurecer el sistema de inspecciones. Blix no quiere, por ejemplo, que sus expertos en armas de destrucción masiva vayan escoltados por soldados o representantes de algunos de los cinco miembros permanentes, por temor a comprometer su neutralidad.
El Consejo, a petición de Movimiento de Países No Alineados, celebrará hoy un debate abierto sobre Irak. Ayer, Blix, informó a sus 15 miembros sobre los últimos contactos con Bagdad. Blix ya manifestó que esperará a obtener el respaldo unánime del Consejo antes de enviar a los primeros equipos.
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