'La transición política en México está ya hecha'

El ex gobernador de Guanajuato, ex ejecutivo de Coca-Cola, de 60 años, que acabó con los siete decenios de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al vencer en las elecciones del 2 de julio de 2000, recibe a EL PAÍS en Los Pinos. Su despacho es acristalado para que el jefe de Estado pueda ser visto y saludado por los visitantes, desde colegiales a delegaciones campesinas.

Fox proclama que México disfruta de unas libertades sin precedentes, que crece impulsado por una actividad interna más vigorosa que el sector exportador, que su transición ha sido rápida y concluida con éxito, y que se está construyendo un verdadero Estado de derecho. 'En estos dos años hemos logrado cambios amplísimos. La transición política está hecha'. 'La economía está más fuerte y más estable que nunca' y el país avanza hacia la superación de la pobreza, la corrupción y la delincuencia. Sus optimistas declaraciones y datos son atemperados o negados por sus críticos, que le imputan desorientación, retrasos en la consecución de los cambios estructurales requeridos por una verdadera transición, incapacidad para forjar consensos, y timidez en la depuración de las responsabilidades del pasado. 'Este Gobierno no da palos de ciego ni hay cacería de brujas. Está actuando con la ley en la mano'. El modelo económico, según los datos estadísticos, sigue siendo mayoritariamente exportador, dependiente de EE UU, a cuyos mercados México dirige más del 85% de sus mercancías. Investido en diciembre de 2000, Fox prometió un crecimiento de siete puntos, que ha sido imposible, en buena medida por la contracción norteamericana. Este año la economía crecerá en torno al 1,7%.

'Tenemos la segunda inversión extranjera más alta del mundo. Hay gran confianza'

'Entendemos la pobreza de Latinoamérica porque es pobreza que existe en México'

'Me gustaría haber metido en la cárcel a todos los criminales que hay en el país'

Pregunta. ¿Qué diría a quienes creen que la transición es lenta?

Respuesta. Que para mí es al revés: la transición ha ido muy aprisa, con gran estabilidad y paz social. Creo que se puede comparar con cualquiera de las transiciones que ha habido en el mundo. Aquí, en estos primeros dos años, hemos logrado cambios amplísimos en la estructura política, en vivir una democracia real, en gozar de una total libertad de expresión, de una total libertad de información, de una total libertad cultural. En materia de derechos humanos, el cambio ha sido profundo.

P. ¿Algún ejemplo?

R. La Suprema Corte de Justicia ha tomado decisiones en contra del Ejecutivo; eso jamás se dio en el pasado. Antes, el Ejecutivo se imponía arbitrariamente a los jueces. Hoy, eso, no existe.

P. Pero un informe de la ONU es demoledor: más del 50% de los jueces mexicanos han caído en la corrupción. ¿Se puede democratizar un país, garantizar las libertades individuales en última instancia, sin un aparato judicial sano?

R. No estuvimos de acuerdo con ese reporte. Nunca demostró verdadero sustento en sus afirmaciones. Sin embargo, no puedo negar que en nuestro país hay corrupción, impunidad y criminalidad.

P. ¿Podrá erradicarlas?

R. Este Gobierno dedicará cada minuto a luchar en contra de estas lacras. Las cifras nos demuestran que la vamos ganando. Hemos desmantelado una gran cantidad de bandas de secuestradores y llevamos metidos a la cárcel a más de 14.000 narcotraficantes.

P. En la promoción de la libertad de expresión es donde ha tenido más reconocimiento. En cambio, hay quien sostiene que en la erradicación de la corrupción, en la depuración de responsabilidades del pasado, no se avanza.

R. Pero es que este Gobierno actúa con la ley en la mano. Nosotros, en el proceso de PEMEX [la investigación judicial sobre el supuesto desvío de 123 millones de dólares de la estatal Petróleos Mexicanos hacia la campaña electoral del PRI en las elecciones del año 2000], hemos trabajado 18 meses continuos en investigación, en sustentar la averiguación.

P. ¿Podrá juzgarse a los autores de la matanza de Tlatelolco y a los responsables de desapariciones?

R. Hay una fiscalía especial funcionando, que ha citado al ex presidente Echeverría [Luis Echeverría, 1970-76, del PRI] a declarar, y hay una apertura total de archivos, que por siempre fueron secretos, del 69, de la década de los 70 y los 80, y de los desaparecidos.

P. ¿La contratación de Giuliani [Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York] para combatir la inseguridad en el Distrito Federal indica que necesita medidas excepcionales contra la delincuencia?

R. Es una decisión del jefe del gobierno de la Ciudad de México [Andrés Manuel López Obrador, del opositor Partido de la Revolución Democrática, izquierda]. Nuestra estrategia para combatir el crimen organizado no está basada en un asesor externo, y tenemos resultados importantes en materia de delitos federales, que es el que corresponde al Gobierno federal.

P. ¿Es consciente de que Ciudad de México sufre unos índices de inseguridad preocupantes?

R. De lo que estoy consciente es de que en México hay lugares con índices de inseguridad por encima de los estándares internacionales. Pero también estoy muy consciente de que dos de cada tres Estados de la república tienen índices de inseguridad muy por debajo de esos estándares. México no es un país inseguro ni de criminales.

P. Los empresarios dicen que la inseguridad frena la inversión.

R. Lo que veo es que en los últimos 18 meses han entrado en el país más de 30.000 millones de dólares de inversión extranjera directa. Es la segunda inversión extranjera más alta del mundo después de China. Eso demuestra que hay una gran confianza.

P. Uno de sus compromisos fue la reforma fiscal, aumentar la base tributaria, pero el Congreso la modificó sustancialmente. ¿Hay planes para retomarla?

R. Sigue pendiente realizar una verdadera reforma fiscal; es un reto que tenemos por delante y por el momento no están dadas las condiciones de hacer esta reforma. Señalé siempre que este país marcha y marcha bien, independientemente de que tenga la reforma fiscal, de que tenga la reforma de energía.

P. Usted dijo que esas reformas son importantes para cumplir las metas de su Gobierno.

R. Ciertamente; esas reformas nos van a permitir avanzar más rápido, pero el país no se ha detenido y avanza a buena velocidad. Y aquí quisiera recalcar la importancia de las inversiones españolas en México, que son cuantiosas. Es el país que más ha invertido en estos últimos dos o tres años. Ha invertido en la banca, en la infraestructura, en agua potable, en materia de generación de energía eléctrica, y están muy satisfechas las empresas españolas de sus inversiones en México. Hoy se dan cuenta más que nunca de la estabilidad económica del país, de la confianza y la certidumbre que genera México, porque las inversiones siguen.

P. Hablando de las relaciones con España hay un asunto inevitable: la colaboración de México en la lucha contra ETA. México ha resuelto favorablemente para España diversos expedientes de extradición, pero hay un asunto del que no se ha dado ninguna información, el control sobre los fondos financieros de ETA en México.

R. Trabajamos en investigar sobre fondos ilícitos, sobre lavado de dinero en materia de narcotráfico y, por supuesto, sobre cuentas o fondos de terroristas, y de ETA. Se va intercambiando información con las autoridades españolas, pero, de momento, no hay un descubrimiento, o un caso específico en el que estemos trabajando.

P. ¿Cuál es su modelo de relación con EE UU a medio y largo plazo?

R. Es un modelo que parte de la amistad, de la vecindad y del principio de que ahora somos socios del TLC. Queremos inspirar esta visión de medio y largo plazo en la Comunidad Económica Europea, en la manera en que manejó ese proceso que lleva 50 años. La visión es hacia una mayor integración, mayor asociación, mayor amistad, mayor relación. Hay un acuerdo, una Asociación para la Prosperidad, donde comprometimos 35 medidas específicas para avanzar en esta dirección.

P. Hay quien le reprocha que de tanto acercarse a EE UU se ha distanciado de América Latina.

R. Hay gente para todo y críticas para todo, pero creo que nuestro papel es claro. Nosotros entendemos muy bien la pobreza de Latinoamérica porque es pobreza que también existe en México.

P. El pacto migratorio con Estados Unidos, para aumentar el cupo de temporeros y beneficiar a los cerca de cuatro millones de indocumentados mexicanos, parece muerto desde el 11 de septiembre.

R. Por el momento, EE UU tiene concentrado todo su quehacer en el terrorismo, y en las elecciones de noviembre, pero consideramos que Estados Unidos debe darse tiempo para manejar las relaciones bilaterales y multilaterales con Latinoamérica y México. Es parte de nuestras exigencias.

P. ¿Hay posibilidades de retomar las negociaciones?

R. Nuestra idea es comprometer al presidente [George] Bush y a Estados Unidos a que en el término del año próximo demos solución al asunto. Nosotros insistimos en que es un asunto para conveniencia de ellos, igual que para conveniencia de nosotros. Ellos necesitan de esta fuerza laboral, de ese talento, de esa productividad que les dan los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, y para el propósito de la seguridad, en el interior de Estados Unidos, sirve mucho documentar a estos indocumentados.

P. ¿Cuál es la posición de México en el Consejo de Seguridad respecto a una guerra contra Irak?

R. Muy clara; es el Consejo de Seguridad el que debe de intervenir y participar en el proceso. No estamos de acuerdo en una acción unilateral de Estados Unidos contra Irak, sino que el proceso pase a través del Consejo y ahí se tomen las resoluciones. Que los inspectores hagan una tarea seria, profunda, que traigan un reporte para que, en base a hechos, de realidades, de pruebas, de documentos que genere el propio grupo inspector, el Consejo pueda deliberar y tomar posiciones.

P. A la luz de sus respuestas se diría que no hay nada que hubiera querido conseguir en estos dos primeros años de gobierno y que no haya logrado.

R. Claro, claro; me hubiera gustado acabar con la pobreza en el país. Sin embargo, aún nos va a tomar un buen tiempo. Es una de nuestras altas prioridades. Me gustaría que los diez millones de indígenas estuvieran integrados en el desarrollo económico del país, y que sean respetados y tratados con la dignidad que merecen. Me gustaría haber metido en la cárcel a todos los criminales que hay en el país, pero todavía nos falta mucho más por hacer.

P. Pese a las muchas críticas, dice sentirse satisfecho.

R. Estoy muy satisfecho de cómo van las cosas. Creo que estamos sembrando las bases para poner a México al día y a la vanguardia, para que México sea una historia de éxito en el arranque de este siglo. Siempre he dicho que me inspira mucho la transición y el éxito español. Pero estamos hablando de 20 años o de 25 años para llegar a los niveles de vida que han llegado, para tener la estabilidad y el Estado de derecho que hoy tienen, y aun así subsisten los problemas en España.

P. ¿Cree que el ritmo mexicano es el mismo que el español?

R. Creo que vamos al ritmo y al paso que llevó España cuando Adolfo Suárez, cuando el Rey, encauzaron esa transición, cuando los partidos políticos se sumaron a un esfuerzo nacional. Los primeros dos años fueron muy difíciles, conflictivos en España; aquí, los primeros dos años han sido con paz social, con tranquilidad, y hemos logrado avanzar muchísimo en los cambios que requiere el país.