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Entrevista:ALFONSO PARDO DE SANTAYANA | JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO DE TIERRA

'En los Balcanes aprendimos lo que hay que evitar por todos los medios en España'

Miguel González

Cumplidos los cuatro años de mandato que marca una ley no escrita, Alfonso Pardo de Santayana está disponible, como todo militar, para ceder su despacho en el momento en que el Gobierno lo disponga. Le ha tocado pilotar el Ejército de Tierra en el difícil tránsito del siglo XX al XXI, del reclutamiento forzoso al profesional. El menor de cuatro hermanos, todos tenientes generales, dejará tres hijos en el Ejército cuando cuelgue el uniforme. Entre ellos, una mujer, capitán de Artillería. 'El presidente del Gobierno', explica, a modo de balance provisional de su gestión, 'nos marcó en la Cumbre de Niza de 2000 el reto de poner al Ejército español entre los cinco primeros de Europa, y creo que lo estamos logrando. Estamos haciendo un Ejército, como se puede comprobar, sólido, reducido; con todas sus carencias y limitaciones, pero eficaz. Esa eficacia se demuestra en la disponibilidad, la capacidad de sostenimiento y, lo último que hemos logrado, la de liderar fuerzas multinacionales.

'Si han de ir tropas de Tierra (a Irak) serán muy numerosas, y, en ese caso, Europa en conjunto deberá plantearse una contribución. Ahora mismo no hay nada al respecto'
'Estamos muy contentos con los soldados de origen marroquí. Hay algún caso conflictivo aislado. El día de Perejil sobraban voluntarios. Están orgullosos de llevar el DNI español'
'A la sociedad le cuesta mucho asumir los gastos de defensa. No hemos logrado hacer comprender que la base del bienestar es la seguridad de que nadie vendrá a perturbarla'

Pregunta. ¿La supresión de la mili es irreversible?

Respuesta. Es irreversible. La mili cumplió su misión, hizo un gran servicio a España, pero no responde al Ejército que hoy necesitamos. Las nuevas misiones, cada vez más especializadas, requieren un soldado profesional. Lo que ocurre es que al profesional no se le improvisa.

P. ¿No fue improvisado el cambio a un Ejército profesional?

R. Se hizo con rapidez, no hubo suficiente solapamiento entre el servicio obligatorio y el voluntario, pero era lo que había que hacer. El crecimiento de la objeción de conciencia se estaba convirtiendo en un obstáculo para el propio funcionamiento del Ejército.

P. Las convocatorias de tropa profesional no tienen el éxito esperado y las plantillas no se cubren.

R. Porque el español quiere un empleo para toda la vida. Cuando sepamos venderle que puede quedarse como tropa, ascender a suboficial, ingresar en la Guardia Civil o entrar en la Administración será más proclive a venir al Ejército. El problema no es sólo nuestro. Ahora lo padece Italia y antes EE UU. El número de jóvenes es cada vez menor y el paro disminuye, lo que reduce la demanda.

P. ¿Tiene sentido mantener un objetivo (67.500 soldados para el Ejército de Tierra) que a medio plazo resulta inalcanzable?

R. Se trata de tener un cifra máxima de efectivos y cada año ir jugando con el presupuesto, la demografía y las necesidades.

P. Pero la estructura del Ejército responde a esa cifra máxima, y si no se alcanza puede convertirse en un cascarón vacío.

R. El Ejército es una organización muy viva, creo que hay pocas tan dinámicas en España; continuamente estamos cambiando la estructura sin que nadie nos lo mande. Siempre buscamos reducir el personal, pero con la mayor suavidad posible para no crear problemas sociales.

P. Muchos soldados se quejan de que los mandos no han asumido lo que significa la profesionalización y les siguen tratando como a reclutas forzosos.

R. Yo creo que está asumido por la mayoría. Pero no es fácil evitar algunas actitudes reflejas.

P. ¿Qué riesgos conlleva el reclutamiento de extranjeros?

R. Siempre hemos tenido extranjeros en algunas unidades, y yo creo que, si están bien mandadas, los riesgos son mínimos. Parece que se va a empezar por hispanoamericanos exclusivamente, y no le veo mayor problema.

P. ¿Jurarán los extranjeros la bandera española?

R. Sí, siempre que la legislación de sus países lo permita.

P. ¿Qué le ha parecido la polémica originada por el homenaje a la bandera en la plaza de Colón?

R. Sin comentarios.

P. ¿No sería prudente evitar la concentración de soldados de origen marroquí en Ceuta y Melilla?

R. Estamos muy contentos con ellos. Hay algún caso [conflic-tivo] aislado. El día de [la toma de] Perejil sobraban voluntarios de origen marroquí. Están muy orgullosos de llevar el DNI español.

P. ¿Qué lecciones ha sacado el Ejército de la crisis de Perejil?

R. Nos ha servido para ganar confianza en nosotros mismos. El mismo 11 de julio ya estábamos dispuestos para actuar, con lo cual le dimos libertad al Gobierno para decidir lo que quisiera. En eso consiste la disponibilidad. Y la profesionalidad es la precisión en la ejecución, lo que permitió la ausencia de bajas por ambas partes.

P. No hubo bajas, pero podían haberse producido.

R. Aquellos países que arriesgan son los que consiguen la victoria. Hay que tener seguridad en uno mismo y decisión de vencer. Puede haber algunas bajas, pero serán mínimas en comparación con las vidas que se salvan.

P. Una de las carencias de la toma de Perejil fue la falta de helicópteros de ataque. Tuvieron que artillar algunos sobre la marcha.

R. Para aquella acción había una superioridad tal que era suficiente con lo que llevábamos. De todas formas, está previsto iniciar el año próximo el programa del nuevo helicóptero de ataque.

P. Cuando se compraron los helicópteros de transporte, el criterio político impuso el francés aunque el Ejército prefería el americano. ¿Ocurrirá lo mismo ahora?

R. El ministro ha expresado la idea de que va a haber una solución mixta con la que estoy absolutamente de acuerdo. El Tigre es un helicóptero magnífico para reconocimiento y otras misiones. Pero si hay que enfrentarse a carros de combate, queremos lo mejor, el Apache Delta con Longbow.

P. ¿Y qué lecciones han sacado del 11 de septiembre?

R. La necesidad de potenciar las unidades de operaciones especiales; la protección para la guerra NBQ [nuclear, biológica, quími-ca], con el objetivo de dotar de equipos a 40.000 efectivos; la mejora de los sistemas de inteligencia, con los nuevos UAV [vehícu-los aéreos no tripulados] o la defensa antimisiles.

P. Unos objetivos muy ambiciosos para los presupuestos de Defensa del año próximo, prácticamente congelados.

R. A la sociedad española le cuesta mucho asumir los gastos de defensa. Aún no hemos logrado hacer comprender que la base del bienestar es la seguridad de que nadie vendrá a perturbarla. De todas formas, los nuevos programas se financian con préstamos reembolsables del Ministerio de Ciencia y Tecnología, al margen del presupuesto de Defensa.

P. La Unión Europea se comprometió a tener operativa el próximo 1 de enero una Fuerza de Reacción de 60.000 soldados. ¿Se cumplirán los plazos?

R. Nosotros, sí. La parte política fijó nuestra contribución en 6.000 efectivos. Tenemos una serie de fuerzas y capacidades operativas que ya están preparadas.

P. La demanda americana de que la OTAN ponga en marcha una fuerza de 20.000 soldados para misiones antiterroristas, ¿no trastoca estos planes?

R. Yo creo que no. Se trata de que la OTAN tenga una fuerza de respuesta equipada y preparada para salir de inmediato en misión de combate, no de tipo Petesberg [de pacificación] como las previstas por la UE. Con el cuartel de Alta Disponibilidad de Bétera hemos ofrecido a la OTAN una brigada mixta de unos 2.000 hombres.

P. ¿Está preparado el Ejército para intervenir en un ataque contra Irak si lo decide el Gobierno?

R. Preparados siempre estamos. Habrá que ver si lo está Europa. Pienso que allí quizá intervengan otro tipo de medios... Pero si han de ir tropas de Tierra, serán muy numerosas, y en ese caso Europa en conjunto deberá plantearse una contribución. Ahora mismo no hay nada al respecto.

P. Más de 40.000 militares españoles han pasado por los Balcanes. ¿Ha marcado esa experiencia colectiva al Ejército?

R. Ha sido un cambio total. Profesionalmente, nos hemos acostumbrado a trabajar en unidades multinacionales, y hemos comprobado que no somos peores que otros, aunque tengamos nuestros defectos. Humanamente, hemos visto de cerca la desgracia de la guerra y aprendido que hay que evitar por todos los medios una confrontación de ese tipo.

P. Aznar advertía recientemente del riesgo de balcanización, aludiendo al País Vasco. Los mandos del Ejército no tienen ya la experiencia de la Guerra Civil, pero sí la de Yugoslavia. ¿Les ha servido como vacuna?

R. Mucho. Yo soy el único general en activo nacido antes de la Guerra Civil. Siempre digo que el Ejército actual tiene tres características. La primera es la profesionalidad, de la que ya hemos hablado. Luego, la neutralidad. En la transición nos ha quedado muy marcada la idea de que pertenecemos a todos los españoles. Por último, la experiencia de Yugoslavia, que ha sido muy positiva para que, sin dejar de tener toda la fuerza necesaria para acometer situaciones difíciles, nuestra gente tenga una alta dosis de humanidad.

P. Estos días, a propósito de la situación del País Vasco, se ha recordado el artículo 8º de la Constitución, que atribuye a las Fuerzas Armadas la defensa de la unidad de España. ¿Cuál es su opinión?

R. Sólo digo que somos un Estado de derecho.

P. ¿Y eso significa...?

R. Que hay que esperar las actuaciones del Estado de derecho.

El teniente general Pardo de Santayana.
El teniente general Pardo de Santayana.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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