Quesadillas y margaritas

La Panza Es Primero cumple con su nombre y con lo esencial de la cocina mexicana. El primero de dos locales, en el barrio madrileño de Chueca, está decorado con una avalancha (algo agobiante) de objetos populares de México: un carro de helados, anuncios de cerveza y dulces, botellas de tequila, muñecos de la lucha libre y una pintura de la Virgen de Guadalupe en el techo. Lo más recomendable en este estrecho local es sentarse en una de las mesas de la entrada (las más desahogadas) y pedir una margarita (cóctel de tequila, licor de naranja, hielo picado y limón; 3,50). Por ejemplo, la variante que lleva picante en el borde de la copa en lugar de sal como es más clásico en México.

A partir de tres personas se sugiere pedir varios platos y compartir. De entrada, por ejemplo, un ceviche (tiras de mero en una salsa fría de tomate, aguacate, cilantro y aceitunas; 6 euros). Como primero o segundo, quesadillas (tortillas de harina o de maíz con queso fundido; 1,80 euros) muy aceptables, sobre todo las de cuitlacoche (hongos de la mazorca del maíz), ya que las de flor de calabaza carecen de sabor. También son recomendables las gringas (tortillas con queso y carne de cerdo; 2,10), aunque lleven cochinita pibil (típico de Yucatán) en lugar de la habitual carne al pastor.

De los postres sobresale el aromático helado de coco (3,25 euros) y las estupendas -aunque algo empalagosas- crepas de cajeta (con dulce de leche de cabra; 3,25 euros).