Aznar apela a Cataluña para que se implique y sea 'motor' de España

Con la próxima salida de Jordi Pujol de la presidencia de la Generalitat, Cataluña afronta un 'nuevo ciclo' y se halla en la encrucijada de elegir entre 'ocurrencias' que proponen alterar el marco institucional o implicarse con España para ser su motor. El dilema lo planteó ayer en Barcelona José María Aznar, quien apeló a los catalanes a apostar por construir la Cataluña y la España del futuro a partir del 'excelente punto de referencia' que, a su juicio, encarna Josep Piqué.

Aznar cerró ayer su visita a Cataluña con una visita al aeropuerto de El Prat, otra a la depuradora del Baix Llobregat y un almuerzo con cerca de 500 personas -en su mayoría, destacados empresarios y ejecutivos-, organizado por el Foro Nueva Economía. La próxima semana, que supondrá la puesta de largo de Josep Piqué como presidente del PP catalán, el jefe del Gobierno central pasará otros tres días en esta comunidad con el mismo doble objetivo que le acompañó ayer: por una parte, reforzar a su ministro de Ciencia y Tecnología, su apuesta para que Cataluña deje de ser la gran asignatura pendiente del PP, y, por la otra, tratar de desmontar con datos los argumentos del 'agravio' de trato hacia esta comunidad que, en su opinión, se dedica a difundir su socio, CiU.

Aznar se ha propuesto, además, desarbolar las críticas de los nacionalistas catalanes, a los que se refirió como 'nuestros amigos', sin estridencias.

Pero, ya al margen del 'fruto positivo' que cree que ha dado la colaboración entre el PP y CiU, Aznar dejó claro en la conferencia de ayer que la inminencia del pospujolismo sitúa ya el debate en un nuevo escenario y apeló a la sociedad catalana a implicarse sin dilaciones para que Cataluña sea 'motor de progreso de España' y tenga la 'ambición de líder en la España del siglo XXI'.

'Espero y deseo que Cataluña aproveche todas las oportunidades del momento', señaló. Según su diagnóstico, uno de los principales peligros que acechan a la sociedad catalana es dejar a un lado el 'éxito' del modelo de la transición, que encarnaría el actual marco constitucional y estatutario, y optar por 'ocurrencias' que modificaran este modelo.

La semana pasada, en el debate de política general celebrado en el Parlamento catalán, todos los partidos, salvo el PP, apostaron por iniciar en la próxima legislatura un proceso de reforma del Estatuto, un gesto que no preocupa demasiado a Aznar al no tener ninguna aplicación práctica inmediata. Pero el presidente del Gobierno subrayó ayer que para el PP estos planteamientos no tienen ningún sentido. Aznar ridiculizó las propuestas de federalismo asimétrico -'¿Y eso qué es?', se preguntó con sorna- o de modelos suizos -'¿Y por qué?'-. También pidió que se precise de qué se habla cuando se pide revisar el pacto constitucional.

Los socialistas catalanes rechazaron el dilema de Aznar. Su portavoz, Miquel Iceta, subrayó que el PSC 'siempre ha optado por una Cataluña con más autogobierno y por una España federal. Es precisamente la política excluyente de Aznar la que provoca dudas en muchos catalanes'.

En el coloquio con los asistentes, a los que aseguró que 'no tiene intención de revisar' su decisión de no presentarse a la reelección, planearon la situación de Euskadi y la propuesta del lehendakari, Juan José Ibarretxe, de convertir el País Vasco en un Estado libre asociado. Aznar destacó que Euskadi ha visto caer su nivel de renta 40 puntos porcentuales en los últimos años. Frente a los 'modelos autárquicos y localistas que siempre han fracasado', el presidente contrapuso el grado de apertura de la economía catalana.

Tras 'echar de menos' nuevamente la participación de CiU en el Pacto Antiterrorista y recordar el rechazo de los nacionalistas catalanes a incorporarse al Gobierno del PP, Aznar lanzó como mensaje que Cataluña 'sólo será periferia si quiere ser periferia'.