Miles de pasajeros, atrapados en las terminales
![Clara Blanchar](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fd42eb252-3247-4bf8-a82a-dacbdd15cbda.jpg?auth=ba9ddd0a7ca3fedbe14dac9f45161dd845b3d85da5342303741f9efccd11c267&width=100&height=100&smart=true)
Caos absoluto es la expresión que mejor define la jornada que vivió ayer el aeropuerto de Barcelona, que atraviesa una temporada no precisamente gloriosa. Posiblemente, ni jornadas de huelga coincidiendo con operaciones salida y retorno, ni las pérdidas masivas de maletas de este verano superaron el estupor con el que miles de pasajeros vivieron el goteo de cancelaciones de vuelos.
Montones de maletas se acumulaban por todas partes y era prácticamente imposible caminar entre los centenares de carros y pasajeros que se agolpaban frente a los mostradores de facturación y en las barras de los bares. Tampoco era fácil llegar ni salir del aeropuerto, cuyos accesos se vieron afectados por el colapso en las carreteras.
El puente aéreo registró retrasos desde primera hora, cuando muchos pasajeros optaron por volver a casa o al trabajo. Pero lo peor llegó a mediodía. Cualquier pasajero que llegara a esa hora tendría que esperar hasta las nueve de la noche, porque antes tenían que salir los que llevaban esperando desde la mañana. A partir de las cuatro de la tarde, Iberia comenzó a reanudar el servicio. En toda la jornada, la compañía canceló un centenar de vuelos.
Sobre la firma
![Clara Blanchar](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fd42eb252-3247-4bf8-a82a-dacbdd15cbda.jpg?auth=ba9ddd0a7ca3fedbe14dac9f45161dd845b3d85da5342303741f9efccd11c267&width=100&height=100&smart=true)