Dinero sólido, negocio gaseoso
La eléctrica Unión Fenosa elabora un nuevo plan de negocio con el gas como centro de su estrategia
Unión Fenosa, la tercera compañía eléctrica española, tiene nuevo presidente desde hace cuatro meses, cuando Antonio Basagoiti, un hombre del SCH, sustituyó al fallecido Victoriano Reinoso. Tiene también un buen contrato de suministro de gas natural con Egipto firmado en agosto de 2000, mucha deuda (en torno a 7.000 millones de euros) y un accionista principal, el Santander Central Hispano (17% del capital), que tradicionalmente no duda en aprovechar las oportunidades de hacer caja cuando es necesario.
La compañía, dirigida por Basagoiti y por un próximo al fallecido Reinoso, Honorato López Isla, tiene también un plan, denominado Milenium, que va a ser modificado con más desinversiones y en el gas. El Mileniun preveía duplicar la facturación y los beneficios (293 millones de euros en 2001) hasta 2005. Entre tantas cosas por manejar, y en ausencia del mago Reinoso, que sabía atar intereses internos para dar estabilidad e independencia a la compañía, el tándem Basagoiti-López Isla ha elegido el negocio del gas como motor de su estrategia.
En los próximos meses, la compañía espera vender el 50% de su negocio gasista a una de las grandes del sector en el mundo, ya sea Gaz de France, British Gas, Ital Gas o la alemana Rhurgas.
El corazón de ese negocio en venta es el contrato firmado por Unión Fenosa con Egipto, a 25 años, y por el que Egyptian General Petroleum Corporation se compromete a suministrar a partir de 2004 a la compañía 40.000 millones de termias de gas anuales (cuatro billions cubic meters, BCM), ampliables a 80.000.
El contrato beneficiaba a ambas partes: Egipto podía vender al fin su gas sin depender de tubos (el gas se licuará en una planta o tren de licuefacción en Damietta, que congelará el gas y lo hará transportable por barco en grandes cantidades) y Unión Fenosa conseguía más gas del que precisa, ya que la compañía prevé un consumo propio de sólo 2,3 BCM anuales para alimentar los grupos de ciclo combinado que proyecta construir en España para producir electricidad mediante la quema de gas.
Pero el plan gasista de Unión Fenosa (apuntalado con contratos de suministro con el sultanato de Omán a partir de 2006 y el 20% del gas argelino distribuido entre diversas compañías españolas) precisa inversiones. Al menos 1.000 millones de euros en una primera estimación. Mucho dinero, necesario para construir la nueva planta de gas egipcia de Damietta y para botar barcos (tiene en construcción dos metaneros) con los que transportar la materia prima.
Y el dinero, en este momento, cuando las eléctricas ponen en venta hasta sus sedes, no sobra. Por ello, la compañía busca un socio estratégico que comparta gastos, que apuntale su estrategia y que, de paso, haga a la compañía menos digerible para cualquier otra gran empresa dispuesta a hacer de depredador de la sabana energética. La venta permitiría descargar a Unión Fenosa de la mitad de las inversiones del proyecto y, probablemente, obtener plusvalías. Menos deuda, al fin.
La operación prevista, precisan fuentes de Unión Fenosa, 'sin prisas', se limita a la venta de la mitad del negocio del gas. Pero ya se sabe que en el mundo de los negocios nada está escrito y los planes se elaboran cada vez a más corto plazo.
Tres años, por ejemplo, puede ser toda una vida para Unión Fenosa, periódicamente agitada por los rumores de desinversión de su principal accionista, el SCH, que, como el resto de los bancos, no atraviesa un momento dulce en sus negocios.
Pero, frente a los rumores, se dice en la compañía, sólo cabe prestar atención a las señales que surgen desde la cúpula. Y esas señales indican que el nuevo presidente, Antonio Basagoiti, se ha involucrado en la gestión y, como su predecesor Reinoso, ha comprendido la importancia de cultivar a accionistas con peso en la compañía como Caixa de Galicia o Banco Pastor o mantener buenas relaciones con el primer político gallego, Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia, que también mantuvo una estrecha relación con el fallecido Victoriano Reinoso. Basagoiti, como Reinoso y López Isla, que ya tenía un cierto liderazgo interno en la época del fallecido presidente, piensan en la eléctrica, también valora la independencia como activo de la compañía. Claro que, tratándose de dinero y de bancos, todo es relativo. Hoy son pocos los que dudan de que el SCH acabará por vender acciones de Unión Fenosa. Cuándo y cuánto es lo que nadie se atreve a concretar.
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