Lirismo andaluz para un mito trágico

En 1984 esta música fue estrenada por el Ballet Nacional de España en una versión que coregrafió Granero y que de inmediato se constituyó en un hito histórico. Ahora, Sanlúcar vuelve sobre el tema para darnos la versión de concierto para guitarra y orquesta, que se escuchó con recogimiento y devoción.

Manolo Sanlúcar avanzó con esta obra un paso importante en su reivindicación de que el flamenco debe adquirir el estatus de cualquier música de las consideradas 'cultas', dedicando todos sus desvelos a ese fin. La Medea en concierto ahora estrenada, si se quiere más estructurada musicalmente porque ha sido liberada de la servidumbre de la danza, es obra que se ajusta perfectamente a esas intenciones. No porque esté interpretada por una orquesta filarmónica de más de sesenta profesores, sino porque la música creada por Sanlúcar tiene un vuelo, un discurso narrativo que se ajusta perfectamente a las exigencias de las propias aspiraciones del músico.

No es una obra flamenca, aunque descubramos sonidos flamencos en su desarrollo. Sanlúcar afirma con convicción que es música andaluza, como toda su música. Obra de gran belleza, serena, incluso de un acentuado lirismo. Sorprende la capacidad del autor para expresar con escritura tan falta de estridencias uno de los mitos más estremecedores del clasicismo griego. Sanlúcar pone su talento en hacer prevalecer el espíritu andaluz sobre cualquier otra instancia expresiva, y Andalucía no es proclive a los gritos desgarrados de dolor aunque haya vivido hechos que la dejaron en carne viva.

Bien al contrario, el concierto tiene partes que emanan una dulzura ensimismada y entrañable. Esas frases de alboreá, que van, y vienen, y vuelven, creando una atmósfera que conmueve profundamente y que testimonia cómo efectivamente la expresión flamenca puede motivar de manera decisiva escrituras musicales de una pretendida entidad 'superior', y esto lo digo con todas las cautelas de que soy capaz.

Gran triunfo personal de Sanlúcar, que está creando una música que va a tener -que tiene ya- trascendencia grande en el acervo del arte andaluz. Su interpretación fue muy sensible, secundado con eficacia por los músicos que dirigió Brouwer.