Utopía
U-topos: ningún lugar. En las obras de ficción solía decirse que pasaban 'en un país imaginario', y así sabíamos que era el nuestro. Utopía se desarrolló en política para atacar al partido o grupo que imaginaba un mundo mejor. Si ahora los enemigos de la globalización dicen que 'otro mundo es posible', hay quien puede llamarles utópicos. Es un arma: condenar a alguien a lo utópico es contrariarle sin decirlo en sus propósitos.
También se puede añadir ucronía: lo que no tiene lugar tampoco tiene época. Los marxistas llamaban 'socialismo utópico' a los fundados antes que el suyo, al que llamaban 'científico': es decir, con garantías de realización. Han resultado utópicos los dos. El primero ya adopta otro nombre, socialdemocracia, y una política un poco más abierta que la del conservador, teniendo en cuenta que el conservador es también utópico: Aznar, por ejemplo, nunca podrá hacer lo que sueña, y menos en el plazo que ha puesto hasta su abandono; y sus sucesores no son lo mismo, o no van a ganar, o no tienen ninguna clase de utopía que no sea gobernar como salga. Los marxistas han resultado utópicos: sus ensayos de régimen, desde la 'patria del proletariado', Rusia, hasta los restos que van quedando, no han podido instalar sus regímenes eternos. Dígase que se lo han impedido los otros, que la guerra fría empezó en 1917, y el cerco, y todo lo demás: pero su ciencia no ha podido salir adelante.
Pero hay algunas formas de utopía que han llegado. Son las de los antiguos combatientes de todos los socialismos y todos los anarquismos, que ahora realizan sus enemigos. Digo, la anulación del servicio militar. O el amor libre, y el aborto. La caída de las religiones obligatorias -hablo de España, no de Marruecos- y la libertad de manifestación y la de expresión. La utopía autonómica, que ya parece corta a quienes la pedían. La lucha de Aznar y sus doce tribus consiste en reducir, cortar las utopías. Volver al nacionalcatolicismo, al orden y a los principios fundamentales. No puede, ya se ve: como no puede Bush, que puede deshacer Afganistán, lo hará con Irak, es igual: todo eso no significa nada. Ni siquiera unos millones de habitantes / mendigos asesinados suponen nada en la demografía del mundo, ni en su desequilibrio económico.
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