'En la universidad nos miramos demasiado el ombligo'
Con la voz rasgada por el tabaco y con casi cuatro décadas de experiencia como docente en la Facultad de Económicas de la UPV, Carmen Muñoz, nueva decana de Sarriko, expresa su preocupación por los problemas presupuestarios con el Gobierno vasco, por la preparación del nuevo alumnado, y lamenta el ensimismamiento al que tiende la universidad. 'Nos miramos demasiado el ombligo', reconoce.
Pregunta. Su facultad es, junto a la Escuela de Ingenieros, la más importante por número de alumnos. ¿El poder de los centros es real?
Respuesta. El poder está verdaderamente en el equipo rectoral, cuando a éste le dejan. En este momento tenemos un vicerrector, pero esta facultad ha llegado a tener en el equipo a tres vicerrectores y a la secretaria general. Creo que se portaban demasiado correctamente y no nos ayudaban tanto como deberían.
'La política de pasillos es lógica en la UPV. A veces, es buena; a veces, mala'
'Los alumnos ahora trabajan más, pero vienen penosamente preparados'
P. ¿Es la UPV un reino de taifas?
R. No más que otros. Personas con verdadera influencia en la universidad y que tengan poder... a mí en estos momentos me vienen a la cabeza dos nombres, el doctor Etxenike y el doctor Goñi, y no se me ocurren muchos más.
P. ¿Pero no cree que hay mucha intriga palaciega?
R. La política de pasillos es lógica en la universidad. A veces es buena y a veces mala. En ocasiones nos reunimos en la junta de Gobierno y yo me suelo preguntar si aquí estamos los más inteligentes... Nos miramos demasiado el ombligo.
P. Con sinceridad, ¿cree que hay trabajo para los más de 6.000 alumnos de su facultad?
R. No hay verdadera gente en paro, probablemente haya gente con trabajos malos, que no sean contratos fijos... Pero cada vez que tenemos contratación de profesores, cuando hay una contratación en segunda vuelta por el mes de febrero, no encontramos ni uno solo que no tenga trabajo; que sean un poco buenos, claro.
P. Se lo digo también porque a ellos hay que sumar los 4.000 de las escuelas universitarias, lo que supone que uno de cada cinco alumnos de la UPV estudia Económicas o Empresariales. ¿No resulta, cuando menos, sorprendente?
R. No tan sorprendente. Estamos en una comunidad caracterizada por su alto número de empresas y que necesitan directivos y ejecutivos. No obstante, creo que siguen siendo demasiados, aunque si uno lo compara con otros centros, al final piensa que no es excesivo.
P. A juzgar por su currículo, usted siempre ha estado muy implicada en la marcha de la UPV. ¿Cómo valora su situación actual?
R. En este momento estamos en una situación preocupante porque hasta hace una semana no sabíamos siquiera si íbamos a cobrar el último trimestre por unos problemas presupuestarios que la mayor parte de los profesores no entendemos. Yo no sé si porque mi especialidad es la Hacienda Pública y me dedico a explicar presupuestos, sé lo que normalmente tiene que hacer el capítulo I, el de sueldos y salarios, todos los años, y aquí parece que la UPV presentaba todos los años un incremento del capítulo I y que el Gobierno vasco se lo estaba admitiendo.
P. ¿Quién tiene la culpa entonces?
R. Posiblemente hay algún malentendimiento por alguna razón extraña, pero probablemente la culpa no es de ninguna de las partes.
P. ¿Hay algún aspecto más que merezca la crítica en la UPV?
R. Creo que funciona bastante bien. No veo que sea una universidad excesivamente problemática, no sé si es que me fijo más en los años 70.
P. No es ésa precisamente la imagen que se tiene desde fuera de la UPV.
R. En una reunión que tuvimos con los vicerrectores, que nos vinieron a explicar cómo estaba la situación económica y la contratación de profesorado, éstos comentaban que no querían acudir a los medios de comunicación, y a mí me pareció un error porque estamos dando muy mala imagen.
P. ¿Y qué puede decir de su facultad?
R. Tiene 46 años de los que yo he vivido 34 como profesora y cinco como alumna y creo que ha habido una mejora en el profesorado impresionante. Un problema que tenemos ahora y que tenemos muy fuerte es que lo que no nos viene bien es la otra parte. Los estudiantes de ahora, en general, son más regulares y trabajan más que los de antes, lo que pasa que vienen mucho peor preparados, penosamente preparados.
P. Supongo que las cuentas en su facultad se llevarán a la perfección, algo que no ocurre en el equipo rectoral, a tenor de las declaraciones efectuadas desde el Departamento de Educación.
R. Mire, el actual viceconsejero de Universidades, Jon Barrutia, era hasta hace dos años vicerrector de Asuntos Económicos. Su compañero de departamento le sustituye en el vicerrectorado. Supongo que no puede haber muchas diferencias en la gestión.
P. ¿A qué atribuye entonces estas declaraciones?
R. No lo sé. No me gusta ver fantasmas, pero de vez en cuando los vemos. Quizá sea un problema de comunicación entre ambas partes. Lo que no sé muy bien es el porqué.
P. ¿No debería tener la UPV otras fuentes de financiación y no depender tanto del dinero público?
R. Esta es una función del Consejo Social y es algo que no ha hecho nunca. Y en esto al Consejo Social hay que darle un tirón de orejas. Nunca han aportado nada y reciben un fondo de la Universidad.
P. En el otoño se dará a conocer el borrador de la Ley Vasca de Universidades. ¿Qué expectativas tiene?
R. Habrá que esperar, pero el adelanto que nos dieron este año no es bueno. Había una serie de puntos en las condiciones en las que se puede contratar y, por ejemplo, la sustitución de un profesor titular por jubilación o que se marcha a otro sitio se cubre con dos profesores a tiempo parcial, lo que supone, además de precarizar el empleo, la imposibilidad de funcionamiento.
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