Tragaperras
Me pregunto qué sentido tiene la existencia de las máquinas tragaperras. Aparte de engrosar las arcas del Estado, ¿benefician a alguien? No entiendo las ventajas y, en cambio, son manifiestas las desventajas: un número cada vez más elevado de ludópatas alimentan su vicio patológico en salones recreativos o en bares. Destrozan sus vidas y arruinan la economía familiar en muchos casos.
Pocos días atrás apareció en los medios de comunicación que en Cataluña hay 250.000 ludópatas. La cifra se dio a propósito de la voluntad de los fabricantes de las máquinas de juego de incrementar la velocidad y frecuencia de este tipo de entretenimientos nada inocentes. De esta forma, el jugador se vería obligado a esforzarse más en concentrar su atención en el juego, ampliando, así, la perversa atmósfera de evasión que producen estas máquinas.
¿Por qué no erradicar las tragaperras? Se evitarían muchos casos de nuevos ludópatas -aunque existan otros medios de adicción- y se protegería a los que ya sufren la enfermedad. Eso sí: se dejarían de ingresar muchos millones de euros a costa de la debilidad de las personas. ¿Qué es más importante?
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