Amistades
El ex presidente de la Asamblea Nacional no pudo entrar a 'sesionar' con sus partidarios en su antiguo despacho, conocido como el búnker por lo restringido del acceso. 'Hasta una hamaca tenía', explicaba el sábado un ingenuo diario de Managua al dar cuenta de la caída de Arnoldo Alemán, el ex mandatario del país que, atrincherado en la presidencia del parlamento, se enfrentó al actual jefe del Estado, su correligionario Enrique Bolaños, y a una juez que le acusa de haber robado más de 100 millones de dólares entre 1997 y 2002. Alemán intentaba evitar que le retirasen la inmunidad para someterlo a juicio, pero el jueves fue destituido y Bolaños calificó la derrota de su antecesor como una 'batalla ganada en la lucha contra la corrupción'. El destino del político centroamericano no puede dejarnos fríos. Su perfil corpulento, junto a los de Eduardo Zaplana, Rita Barberá y Manuel Tarancón, en el balcón del Ayuntamiento de Valencia, se convirtió casi en una estampa típica de Fallas.Cuando Zaplana soñaba con ser ministro de Asuntos Exteriores, Alemán vino a menudo y fue visitado, en un ir y venir de cordiales encuentros que engrasaba un flujo de dinero ciertamente oscuro.
No era la única aventura internacional extravagante de la Generalitat en aquel tiempo (que se lo pregunten a Julio Iglesias y a Carmen de Miguel, ex responsable del Instituto Valenciano de la Exportación, a quien el actual ministro de Trabajo acaba de nombrar directora del Instituto de la Mujer), pero sí una de las más llamativas. Ante el abundante envío de fondos de cooperación a través de organizaciones de usar y tirar (¿Se acuerdan de Amerrisque, Pueblos Fraternos o Valencianos por Nicaragua?) y después de escándalos como el de Villa Valencia, un barrio de casas prefabricadas donadas tras el huracán Mitch que repartieron a su gusto los concejales de Jinotega, la oposición reclamó sin éxito una investigación. La 'conexión Valencia', como la bautizó la prensa nicaragüense, fue célebre y suscitó preguntas como la que se hacía El Nuevo Diario hace unos meses: '¿Cuánto de Valencia fue al bolsillo de Alemán?'. Me muero por saber qué tiene que decir el PP de sus viejas amistades.
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