Esencia del flamenco

Asomada a su ventana de la céntrica plaza de San Francisco, con la majestuosa fachada trasera de la catedral en primer plano, la cantaora Rosario López (Jaén, 1942) no puede ocultar un cierto nerviosismo ante su inminente reencuentro artístico con sus paisanos. Desde que hace más de 30 años conociera a Rafael Romero, El Gallina, Pastora Pavón o la Niña de los Peines en el desaparecido cine Lis Palace, Rosario, Chari como la llaman sus amigos, nunca ha dejado de cantar. Pero la cantaora jiennense tenía una deuda pendiente con sus seguidores: desde hace 15 años no grababa ningún disco.

Raíces y esencias es el título del séptimo trabajo discográfico de esta artista, casi igual de conocida en Japón que en su tierra natal. Allí, en el país asiático, ha realizado cinco giras desde que en 1993 representara la obra Sadayaco, de Iroshi Saeky, basada en la historia de una bailarina japonesa que vino a España y mantuvo un romance con un pintor catalán. Al año siguiente estrenó El amor brujo, de Falla, y en años posteriores ofreció recitales, junto al guitarrista Enrique Sakay y los cantaores Curro e Ismael Fernández, con temas de sus discos y la antología grabada junto a Juan Carmona, El Habichuela. 'En Japón son muy sensibles con el flamenco, y lo tratan con mucha sutileza y respeto', asegura la cantaora jiennense, no sin cierta envidia cuando lo compara con los escenarios españoles.

Rosario López finalizó la semana pasada la grabación de Raíces y esencias en la productora discográfica de Úbeda Bon Track. Está acompañada por el guitarrista sevillano Antonio Carrión y el joven jiennense José Rojo. ¿Por qué ese título? 'Los que me conocen y me quieren dicen que yo soy la esencia del flamenco', señala un tanto abrumada. Y es que han sido sus amigos de la Peña Flamenca de Jaén, que ella misma ayudó a crear hace 25 años, los que han influido en ella para volver a grabar. Nombres como Gerardo Fuentes, Rafael Valera o Paco Cañada.

Quince años en blanco son muchos para quien forma parte de la ilustre lista de los cien jiennenses del siglo XX publicada por el diario Ideal. ¿Por qué tantos años? 'La mayoría de las casas discográficas querían un flamenco más comercial, pero eso sería apartarme de mi línea. He querido seguir siendo fiel y defender el cante ortodoxo', responde. El disco es un compendio de todos los palos del flamenco que, con tanta maestría, domina Rosario López. Desde alegrías a seguirillas, pasando por rondeñas, tientos-tangos, fandangos, saetas, cañas, bulerías, peteneras, soleás y granaínas. Raíces y esencias arranca con los Campanilleros compuestos por Antonio Carrión y que incluye un instrumento de percusión hindú. 'Es una búsqueda por los orígenes del flamenco, pero sin perder ni un ápice de la esencia de este arte incrustado desde hace siglos en el pueblo andaluz', resume ilusionada Rosario. La cantaora huye de cualquier aditivo para el flamenco. 'No me gustan las fusiones, prefiero la pureza'.