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Reportaje:LOS DISTRITOS, UNO A UNO

Villa de Vallecas, inquieta por su crecimiento

Esta zona multiplicará por cinco su población en los próximos 10 o 15 años con la creación de dos nuevos barrios

Los habitantes del distrito de Villa de Vallecas todavía recuerdan un viejo sueño que se convirtió en pesadilla: la llegada de tres estaciones del metro en 1998 tras una larga batalla vecinal convirtió varias colonias de la zona en lugares invivibles. 'Fue una experiencia muy desagradable. Nos temblaban las casas y te cabían los dedos entre las grietas', dice ahora Eloísa Rodríguez, residente en la colonia Virgen del Rosario, una de las más afectadas.

Los estudios oficiales indicaron que las obras para la prolongación de la línea 1 no fueron las causantes del deterioro de las casas, sino su antigüedad, pero los vecinos todavía insisten en que aquellas enormes grietas y el vertiginoso deterioro de sus viviendas coincidió con la llegada de los camiones que formaban parte del contingente técnico y humano destinado a ejecutar la obra. 'Todo empezó con la circulación de camiones por la calle de Montes de Barbanza', asegura Rodríguez, miembro de la asociación de vecinos Virgen del Rosario.

La lucha vecinal es un motivo de orgullo de 'un área obrera, siempre olvidada'.
La tasa estimada de paro es casi un punto más alta que la media de la capital

La batalla vecinal que desató aquel acontecimiento arrancó de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) el compromiso de reparar varias casas. El proyecto se halla en la segunda fase. 'Ya han realojado a 75 familias, pero somos en total 204. Yo sigo esperando turno para irme de aquí', relata Rodríguez.

La lucha por la llegada del metro y por la reparación de las colonias agrietadas, después, es sólo una muestra del fuerte movimiento asociativo que predomina en Villa de Vallecas, el distrito municipal número 18 de Madrid. Ignacio García, de la asociación de vecinos Ahora, recuerda también que un puñado de residentes se manifestó cada jueves, durante dos años, por las principales calles del distrito hasta conseguir, en 2000, el desmantelamiento del poblado marginal de La Rosilla, abarrotado de heroinómanos y en su momento el más importante foco de trapicheo de droga de la ciudad. 'Ahora nos queda Las Barranquillas', dice García con cierto aire de preocupación en sus palabras. 'A veces, cuando venías en el tren veías a gente muy desmejorada. Eso ha cambiado mucho. Ya no se ve', añade Marisa García, la presidenta de la asociación de vecinos La Colmena, del barrio de Santa Eugenia.

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García sabe mucho de batallas vecinales. De hecho, la presión del barrio de Santa Eugenia hace dos años obligó al Gobierno regional a rectificar y cambiar el trazado del enlace de la autovía M-45 con la carretera de Valencia (N-III). Los residentes se quejaban de que ese ramal iba a conectar con una calle justo por delante de un colegio y un instituto públicos que entre ambos sumaban más de 3.000 alumnos. El director general de carreteras de la Consejería de Obras Públicas y Transportes llegó a reconocer su error y optó por el cambio: 'Ante la movilización vecinal hemos tenido que reflexionar y utilizar la materia gris del cerebro para dar con soluciones a los aspectos del anteproyecto que habían originado mayor polémica', declaró entonces.

La lucha vecinal sigue siendo uno de los principales motivos de orgullo de este distrito, un 'barrio obrero, siempre olvidado, siempre bajo la desidia', según afirma Ignacio García. Y así lo reconoce el propio concejal del distrito, Ángel Garrido, del PP: 'Históricamente Villa de Vallecas fue el gran abandonado. Tenía mucha escasez de equipamientos, pero en los últimos años se ha hecho un gran esfuerzo para superar esa situación'.

En los próximos 10 ó 15 años esta zona acogerá dos de los desarrollos urbanísticos más importantes de Madrid y multiplicará por cinco su población, que según datos municipales del pasado 1 de enero se halla ahora en 63.186 habitantes. Uno de los nuevos barrios es el Ensanche de Vallecas, que se levantará sobre una extensión de 7,5 millones de metros cuadrados y tendrá un total de 26.046 viviendas y cerca de 100.000 nuevos residentes.

En este lugar, uno de los barrios más grandes que nacerán en Madrid, un 53% de las casas será de protección oficial. Seis empresas, entre las que se encuentran la EMV y el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), ejecutarán el proyecto, cuya inversión está fijada en 1,2 millones de euros. En esta zona se levantará, además, el segundo centro comercial más grande de la región, después del que alberga el parque invernal Xanadú, en Arroyomolinos.

El pasado julio, la Consejería de Economía concedió la licencia a la multinacional Carrefour, que construirá allí un enorme recinto comercial. Según la Dirección General de Comercio, éste supondrá 'un concepto diferente' que basará gran parte de su oferta en el ocio. Según consta en el expediente del que dispone la consejería, 50.000 de sus 108.000 metros cuadrados se dedicarán a boleras y cines, estos últimos inexistentes en el distrito.

Preocupados por lo que significará la llegada del macrocomplejo de Carrefour para los pequeños comerciantes del sector, éstos, según Jesús Baraona, portavoz de la Asociación de Comerciantes de Villa de Vallecas, intentan, por todos los medios, llegar a un acuerdo para que los pequeños empresarios tengan cabida en el nuevo centro. 'Hay mucha inquietud porque el gran público se trasladará allí. Por eso solicitamos que nos concedieran un permiso para levantar un centro de ocio gestionado por nosotros mismos, pero está todo paralizado', explica Baraona.

Esa preocupación por lo que supondrán los nuevos barrios para Villa de Vallecas aflora cada vez con más fuerza entre las asociaciones vecinales y la oposición. Ignacio García teme que la nueva actuación urbanística signifique el aislamiento, en casi todos los sentidos, del casco antiguo del distrito. 'Nosotros creemos que el Ensanche traerá cosas importantes, pero también pensamos que se puede ver muy perjudicado el comercio del distrito, que se concentra en el paseo de Federico García Lorca, y que con ello se empiece a notar una pérdida en el poder adquisitivo'. 'Mucho nos tememos que el Ensanche puede traer problemas si no va acompañado de medidas sociales. Y es que toda la vida se va a trasladar al nuevo barrio', añade Marisa García.

El concejal socialista Ignacio Díaz cree que el desmesurado aumento de la población puede traer 'consecuencias negativas desde el punto de vista psicológico'. 'Todo va a depender', dice, 'de cómo se gestione el Ensanche'. 'Lógicamente, si las cosas se hacen bien será beneficioso para el barrio'. La concejal de Izquierda Unida Inés Sabanés, por su parte, recuerda que en su momento esta formación criticó el modelo establecido en el nuevo desarrollo urbanístico. 'Nosotros hemos dicho que, si no se toman las medidas correctas que unifiquen el distrito, se puede producir un proceso de desigualdad y segregación', señala. Tanto PSOE como IU reclaman para Villa de Vallecas un hospital, el del Sureste. Sabanés pide además una profunda apuesta por la educación pública, y policías de proximidad.

El otro barrio que se levantará en este distrito será Valdecarros. Serán, según Gerencia de Urbanismo, 52.600 viviendas y más de 180.000 los habitantes que residirán cerca del vertedero de Valdemingómez (los vecinos de Santa Eugenia reclaman su cierre) y que se inscribe dentro del denominado proyecto del sureste, media docena de barrios en los que vivirán alrededor de 450.000 personas.

Lo paradójico es que otra de las continuas reivindicaciones vecinales y que dará paso a sendas manifestaciones, es la falta de vivienda en Villa de Vallecas, según explica Ignacio García, de Ahora. 'La gente de aquí tiene que emigrar porque no tiene posibilidad de obtener un piso. Nosotros exigimos más vivienda social y mayores posibilidades de vivienda de alquiler para jóvenes. En ese sentido tiene que haber un compromiso claro de la Administración', dice enfático García. Pero el concejal popular Garrido ofrece una realidad más bien distinta: 'La inmensa mayoría de las cooperativas son de hijos de vecinos de Vallecas. Y una de ellas es para viviendas de alquiler para jóvenes. Además, estamos hablando para ver si los habitantes de este distrito pueden tener más puntuación a la hora de adquirir pisos'.

El otro problema que dicen sufrir los residentes en Villa de Vallecas es la falta de empleo. El número de parados inscritos en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (Inem) el pasado 30 de junio era de 2.296 parados, 957 hombres y 1.339 mujeres. La tasa de paro estimada por el departamento de Estadística del Ayuntamiento en esa fecha es de 8,19%, casi un 1% más que la de Madrid, cifrada en el 7,24%. El concejal Garrido, del PP, no cree que el paro sea 'especialmente negativo' en Villa de Vallecas. Admite, eso sí, que los parados de la zona se concentran en los poblados marginales y en la UVA (Unidad Vecinal de Absorción) de Vallecas. 'Las políticas activas de empleo', insiste Garrido, 'dependen de la Comunidad y del Estado, sin embargo, nosotros tenemos varias escuelas de formación, entre ellas una de jardinería'.

La asociación Ahora confía en que la construcción tanto del Ensanche de Vallecas como de Valdecarros suponga una salida laboral para los parados vallecanos. 'Nosotros esperamos que con todo lo que se va a hacer se emplee un porcentaje importante de vecinos', afirma Ignacio García.

La expectativa crece en Villa de Vallecas también por cuenta del denominado Plan 18.000, una medida del Gobierno regional destinada a dotar tanto a este distrito como a Puente de Vallecas de infraestructura y de planes educativos. Gracias a este proyecto está previsto construir, entre otras cosas, una residencia de mayores, un polideportivo, un centro de formación para mujeres y una biblioteca. Esta última tendrá como sede un antiguo centro cívico en la zona de la UVA, que hace muchos años, según recuerda el concejal, se inauguró pero nunca se puso en marcha. El tiempo pasó y permaneció cerrado durante más de 60 años. 'Yo no sé muy bien qué ocurrió. No tengo una explicación. Pero después llegó el plan y nos dimos cuenta de que la biblioteca podría instalarse allí', explica Garrido.

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