Vecinos de un barrio de Valencia rodean el solar donde estaba previsto poner las aulas a la espera del instituto

Los solares cobran especial relevancia en este inicio de curso en el que el presidente de la Generalitat, José Luis Olivas, anunció la inauguración de un colegio por día. Padres, madres, alumnos y miembros de la asociación de vecinal de Orriols, en Valencia, hicieron ayer un vallado simbólico de los terrenos cedidos por el Ayuntamiento donde se les 'prometió' la reubicación de los alumnos del instituto de enseñanza secundaria (IES), mientras se construía el nuevo IES del barrio. Según informan las APAs, lo que se ha hecho es ubicar nuevos barracones en el patio del colegio, junto a viejas aulas prefabricadas. Pero incluso con esas dotaciones provisionales serán 'insuficientes para albergar a los seis nuevos grupos que se van a introducir en el Instituto', señalaba la presidenta vecinal, Carmen Barceiro, por lo que tanto este colectivo como la APA anuncian nuevas movilizaciones.

En Castellón, el grupo socialista de la Diputación cifró ayer en 319 el número de aulas prefabricadas en activo, informa María Fabra, de ellas 280 de Secundaria. El diputado Daniel Gozalbo calculó en 1,8 millones su coste de instalación y, dijo, 'sólo hay cinco empresas que las instalan'.

En Altea decenas de niños y niñas del colegio público Blanquinal, acompañados de sus padres, se concentraron ayer frente al Ayuntamiento denunciando la falta de ocho profesores, desde el inicio del curso escolar el pasado día 9 de septiembre, y los problemas de falta de espacio en las aulas que estos alumnos sufren a diario. La manifestación congregó a un importante número de alumnos que pedían mayores recursos económicos para la escuela pública y la adjudicación inmediata de las vacantes de profesores, según anunció la representante del AMPA. Por otro lado, en Callosa d'Ensarrià el retraso en las obras de la nueva guardería ha dejado a los niños en garajes.

Por otra parte, la Plataforma por Enseñanza Pública del País Valenciano firmó ayer un documento unitario en pro de la calidad en la enseñanza y en contra tanto de la Ley de Calidad aprobada por el Ministerio como de la falta de consenso en su gestación. Integran la plataforma la FAPA, Escola Valenciana, el Sindicato de Estudiantes, la Permanente de Directores, movimientos de renovación pedagógica, ADIDE, los sindicatos UGT, CC OO, STEPV y CGT, así como distintos partidos políticos (PSPV, EU, Bloc, Esquerra Verda). El documento se presentó como el inicio de una campaña que proseguirá 'tanto tiempo como dure el debate de la ley en el Congreso'.